EL VENEZOLANO COLOMBIA
Dos exmilitares venezolanos, Tulio Moreno y Fabiola Zambrano, se encuentran en huelga de hambre en Bogotá, exigiendo protección y reasentamiento fuera de Colombia. Tras desertar del régimen de Nicolás Maduro en 2019 y apoyar a Juan Guaidó, aseguran que la falta de seguridad y las continuas amenazas a su vida han hecho imposible su permanencia en el país vecino.
Ante la falta de respuestas de ACNUR y el gobierno colombiano, los sargentos buscan desesperadamente una solución que les permita vivir en paz.
Huelga de hambre frente a ACNUR: Un grito de auxilio
Tulio Moreno y Fabiola Zambrano, sargentos venezolanos que desertaron en 2019, iniciaron una huelga de hambre el lunes pasado frente a la sede de ACNUR en Bogotá. Ambos exmilitares alegan que el Estado colombiano ya no les garantiza la protección que necesitan, luego de recibir repetidas amenazas desde Venezuela.
Uno de los mensajes que encendió las alarmas incluía una imagen de la Dirección de Contrainteligencia Militar de Venezuela (DGCIM) y un emoji de una granada, pero la Fiscalía colombiana consideró que esto no representaba un peligro grave.
¿Refugio o desamparo?
Cuando Moreno y Zambrano cruzaron la frontera en 2019 para unirse al movimiento de apoyo a Guaidó, fueron inicialmente acogidos por ACNUR, que les otorgó un salvoconducto. Sin embargo, en mayo de ese mismo año, el documento no fue renovado, y se les ofreció un «Permiso Especial» que, según los exmilitares, no cubría la protección necesaria. Desde entonces, se vieron obligados a mudarse a Bogotá debido a las amenazas en su contra, pero la sensación de inseguridad persiste.
El caso de Moreno y Zambrano no es único. Varios desertores que retornaron a Venezuela fueron apresados o enfrentan cargos judiciales. Quienes permanecen en Colombia, como estos dos sargentos, viven con el constante temor de represalias. “Queremos salir de Colombia, no estamos seguros”, asegura Zambrano, quien ha recibido respuestas vagas de las autoridades y de ACNUR sobre su posible reasentamiento.
Un sistema que no responde
A pesar de la gravedad de las amenazas, las respuestas de ACNUR y de la Secretaría de Gobierno de Colombia han sido insuficientes para los sargentos venezolanos. Según Moreno y Zambrano, ACNUR les indicó que regresaran a sus casas y esperaran un correo electrónico que nunca llegó. La frustración ante la falta de acción ha llevado a los exmilitares a tomar medidas extremas, como la huelga de hambre, para intentar captar la atención de las autoridades y exigir una solución inmediata.
Este tipo de situaciones, lamentablemente, no es nuevo en Colombia. En febrero de 2023, la periodista venezolana Carolina Briceño también protestó frente a ACNUR pidiendo refugio tras recibir amenazas del régimen de Maduro. Sin embargo, la falta de protección estatal ha dejado a muchos opositores en una situación vulnerable.
Colombia, un país cada vez menos seguro para los disidentes
La ONG Coalición por los Derechos Humanos y la Democracia ha manifestado su preocupación por el creciente número de venezolanos que, tras huir de su país por persecución política, no encuentran refugio seguro en Colombia. Según el abogado Kelvi Zambrano, más de 300 venezolanos han tenido que abandonar Venezuela por razones políticas desde el 29 de julio, y Colombia, que antes representaba un lugar de resguardo, se ha vuelto menos seguro.
Además de las amenazas del régimen venezolano, organizaciones como las FARC y las Fuerzas Bolivarianas de Liberación (FBL) también han jugado un papel en la presión contra los disidentes venezolanos. Para muchos, la única salida posible es el reasentamiento en un tercer país, pero los procesos de ACNUR son lentos y poco efectivos, lo que ha generado un clima de desesperanza entre quienes buscan protección.
Un futuro incierto
Los sargentos Moreno y Zambrano continuarán en huelga de hambre hasta obtener una respuesta concreta de ACNUR o del gobierno colombiano. Mientras tanto, la incertidumbre sobre su seguridad en Colombia crece, y los desertores venezolanos se enfrentan a un panorama oscuro, sin protección adecuada ni una salida clara. La necesidad de una solución rápida es urgente, ya que su integridad física y emocional sigue en juego.