EL VENEZOLANO COLOMBIA
En medio de la exclusiva zona de Pozos Colorados, Santa Marta, Colombia, se encuentra el edificio Lagomar, que una vez fue concebido como un lujoso desarrollo turístico, pero que ahora alberga a cientos de familias, en su mayoría venezolanas.
Con apartamentos sin terminar, falta de ventanas y pintura descascarada, el Lagomar se ha convertido en un lugar peculiar y enigmático que contrasta con la opulencia que lo rodea.
Esta es la historia de cómo este edificio inconcluso ha dado refugio a una comunidad vibrante, llena de desafíos y esperanzas.
Un edificio con un pasado turbulento
El Lagomar fue concebido en los años 90 como uno de los primeros desarrollos turísticos en la zona de Pozos Colorados. Sin embargo, debido a truculentos líos judiciales marcados por corrupción y crimen organizado, el proyecto quedó inconcluso y se convirtió en una suerte de isla dentro de un barrio de lujo.
Hoy, acoge a 120 familias, en su mayoría venezolanas, que han encontrado en sus rincones una oportunidad para construir un hogar.
La mirada hacia el Caribe y la Sierra Nevada
El edificio Lagomar ofrece una vista privilegiada: al un lado, el mar Caribe, y al otro, la majestuosa Sierra Nevada, el sistema montañoso litoral más alto del mundo.
A pesar de su aspecto descuidado, algunos residentes disfrutan de esta vista panorámica y tratan de hacer del lugar su hogar, a pesar de las dificultades que enfrentan.
La comunidad de Lagomar: Desafíos y esperanzas
Dentro del edificio, la vida fluye como en cualquier vecindario informal. Los niños juegan, los viejos disfrutan de partidas de dominó y la gente se saluda con cariño.
Sin embargo, enfrentan desafíos como la falta de ventanas, la ausencia de ascensor y la falta de servicios básicos. La administradora del edificio, Yaneth Parra Mourad, lidera a la comunidad con compasión y exasperación, buscando que cada habitante mejore su situación.
Contrastes con el vecindario adinerado A pesar de estar ubicado en una zona privilegiada, el Lagomar contrasta con las cabañas de lujo que lo rodean. Mientras los residentes de Lagomar enfrentan dificultades para formalizar su situación y mejorar sus condiciones de vida, los ocupantes de las cabañas frente a la playa viven una realidad completamente distinta.
A pesar de estas diferencias, los habitantes de Lagomar reconocen que los problemas existen en todos los estratos sociales.
El futuro incierto y la esperanza de un mejor porvenir
A pesar de los desafíos que enfrenta la comunidad del Lagomar, los residentes mantienen la esperanza de un futuro mejor. Los venezolanos que han encontrado refugio en este edificio sin terminar han construido lazos y hogares en un lugar que, a pesar de sus imperfecciones, les ha brindado una oportunidad para sobrevivir y proyectarse hacia un porvenir más esperanzador.
El edificio Lagomar, una vez destinado a ser un desarrollo turístico de lujo, se ha convertido en un refugio para cientos de familias venezolanas en la exclusiva zona de Pozos Colorados, Santa Marta, Colombia. A pesar de sus carencias y desafíos, la comunidad de Lagomar ha encontrado un sentido de pertenencia y esperanza en medio de un ambiente hostil y lleno de contrastes. Mientras el futuro del edificio y sus habitantes sigue siendo incierto, la fortaleza y perseverancia de esta comunidad vibrante siguen siendo un ejemplo de resiliencia en medio de la adversidad.
