EL VENEZOLANO COLOMBIA
El imponente despliegue de blindados y militares en la frontera de Perú y Ecuador para «disuadir» a la «migración ilegal» evidencia el inagotable drama del éxodo venezolano así como la tensión que esta genera en países asolados por el covid-19, la crisis económica y en plena pugna electoral.
El «operativo de control», como se refirieron las autoridades peruanas a esta medida, dejó imágenes de tono marcial y severidad para «atajar el paso» a «migrantes ilegales que pueden transmitir el covid-19», y plantó a uniformados en prácticamente todos los pasos y trochas fronterizas que sirven para el tránsito de personas de manera irregular en la región.
La iniciativa, que también estuvo marcada por el despliegue de altas autoridades, entre ministros de Estado, jerarcas militares y policiales, así como de prensa oficial, constituye además una exhibición de «mano dura» para asegurar «la soberanía y el respeto a las normas» peruanas, en un contexto electoral donde ese tema está cobrando una importancia central.
UN POCO FUERTE
«Ciertamente, es un poco fuerte. Creo que muchas de estas cosas se han podido prevenir para regular el proceso migratorio no solo en Perú, sino en toda la zona, si desde el inicio hubiera habido un convenio… Los países de acogida tendrían que haber trazado un camino desde el inicio, pero no lo hicieron, y eso generó la migración descontrolada, lo que trae problemas para todos», valoró Martha Fernández, presidenta de la Asociación Protección Población Vulnerable (APPV).
Fernández, cuya organización atiende a migrantes venezolanos en Perú en situación de vulnerabilidad, sostuvo en declaraciones a Efe que la situación en la frontera «se veía venir hace meses» y que para nadie «era un secreto» que el tránsito de migrantes venezolanos desde Ecuador a Perú seguía funcionando de manera irregular «y sin control».
A su juicio, el problema que derivó con la llegada de los militares a la zona nace con el cierre de los pasos fronterizos regulares al inicio de la pandemia, algo que se hizo con el fin de evitar la expansión de la enfermedad.
Eso llevó inmediatamente al uso de trochas y pasos ilegales para el cruce de fronteras, algo que «todo el mundo sabía que estaba pasando».
«Aquí hay ya organizaciones de ‘coyotes’, se sabe hace tiempo. Han hecho de esto su vida y es un negocio para todos. Traen gente directamente desde Colombia, sin pasar por frontera alguna. Eso existe, es vox populi, está en redes sociales y grupos de Facebook», añadió.
Precisamente a eso se refirió este miércoles en la frontera el comandante de la Policía Nacional de Perú, César Cervantes, al informar que «los organismos de inteligencia» van a comenzar a identificar a «las mafias» que trafican migrantes a Perú «mayormente venezolanos».
PERÍODO ELECTORAL
El control militar de la frontera coincide con el recrudecimiento de la campaña electoral para las elecciones generales del próximo abril, en la que varios candidatos expresaron su propuesta de aplicar «mano dura» contra la delincuencia, que cada vez más se vincula a la migración irregular venezolana.
«Ciudadano extranjero» es el eufemismo empleado por los medios peruanos para referirse fundamentalmente a los venezolanos detenidos o acusados de haber cometido delitos en Perú.
«Sí, claro que el despliegue tiene que ver con las elecciones en Perú. Siempre se habla del tema venezolano, incluso algunos hacen tema de campaña la xenofobia. Vamos a ser noticia por un tiempo», resumió Fernández.
En ese sentido, la activista apuntó que la solución no pasa por cerrar la frontera, sino por «ordenarla» ante la seguridad de que «mientras siga la crisis humanitaria en Venezuela, los migrantes van a seguir llegando».
«Es difícil para Perú la carga venezolana, es entendible el problema que causa en un país como este de pobreza extrema, pero hay que hacer sentir que la llegada de venezolanos es algo positivo», apuntó.
DESPLIEGUE
El Ejército peruano se desplegó para vigilar hasta 30 pasos fronterizos clandestinos que han sido identificados como los más frecuentes utilizados por la inmigración ilegal, cuyo flujo constante llevó la semana pasada al anuncio de la detención en la zona de casi 500 inmigrantes en distintos puntos de la región de Tumbes.
En ese contexto se difundió en las redes un video de un tráiler que ingresaba a la ciudad de Tumbes, capital de la homónima región peruana, con decenas de inmigrantes venezolanos que presuntamente acababan de cruzar la frontera de manera clandestina.
Desde el lado ecuatoriano, este movimiento de personas y militares también llevó a su ministro de Defensa, Oswaldo Jarrín, a visitar este miércoles la frontera con Perú, para supervisar la situación en la zona, aunque hasta el momento no se ha difundido información sobre la misma.
Jarrín convocó para este jueves a una rueda de prensa y brindar detalles de la situación dado que la operación peruana fue coordinada con Ecuador el pasado 12 de enero, en un encuentro entre sus mas altos mandos militares, según confirmaron a Efe fuentes del Ministerio de Defensa ecuatoriano.
Perú es después de Colombia el país que alberga a más venezolanos, con más de un millón llegados desde 2016, según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), que cifra en ya 5,4 millones el éxodo migratorio de Venezuela.
De ese millón, Perú ha otorgado la residencia a más 477.000 venezolanos, mientras que casi medio millón ha solicitado la condición de refugiado, algo que solo han logrado de momento 1.282 personas.
Desde el 15 de junio de 2019, Perú solo permite el ingreso de venezolano con pasaporte y visa humanitaria tramitada en alguno de sus consulados en Venezuela, Colombia y Ecuador.
Actualmente Perú está en plena segunda ola de contagios de covid-19 con sus hospitales nuevamente colapsados desde al menos dos semanas, por lo que el ritmo de fallecidos por esta enfermedad está volviendo a acelerarse dramáticamente.
El martes, el Gobierno del presidente Francisco Sagasti anunció la reimposición a partir del próximo domingo de una estricta cuarentena y el cierre de casi todas las actividades en la mayor parte del país para intentar atajar el crecimiento del virus.