Aunque las fechas en sí mismas no suelen decir nada, la historia marca algunas como claves, es decir, fundamentales porque implicaron un cambio trascendental.
Así fue 1789, con la toma de la Bastilla en Francia o 1812, con la derrota de Napoleón en Rusia; 1917, con el triunfo de la revolución bolchevique en Rusia; incluso 1945, con la derrota del nazismo y del comunismo soviético en 1992.
Las fechas más recientes a las que hacemos referencia en este editorial corresponden a circunstancias que aún hoy tienen hondas consecuencias.
¿Qué ocurrió en 1979? La fundación de la República Islámica en Irán, el ahorcamiento de Bhutto en Pakistán, para remplazar el laicismo por una aplicación de la ley coránica; la decisión de EEUU de armar muyahidines islamitas afganos; el asalto a la Gran Mezquita de La Meca; la ocupación soviética de Afganistán, todos estos acontecimientos dieron inicio a un cambio radical en el movimiento islámico, cuyas repercusiones negativas aún se sienten.
¿Qué en ocurrió en 2007? Apple, o mejor dicho Steve Jobs, reinventa el teléfono móvil. El 26 de septiembre Facebook se abre a todos aquellos que tuvieran más de 13 años. En ese año surge Twitter, Google lanza Android, Satoshi Nakamoto, un nombre figurado, crea una moneda y sistema de pago digital “ bitcoin”. En ese mismo año, en San Francisco surge Airbnb. También aparece una de las primeras aplicaciones impactantes de la inteligencia artificial: “Watson”. Se considera que durante ese año se dio el inicio de la revolución de la energía limpia con el crecimiento exponencial de la energía solar, eólica de los biocombustibles, la electrificación de los vehículos.
Y por último, pero no menos importante, fue la caída de los costos de la secuenciación del ADN y, con ello, el avance y desarrollo de la biotecnología y nanotecnología.
Como observarán, esas fechas marcan nuestra era de manera definitiva y tal vez el 2020 pueda, a su vez, convertirse en otra etapa paradigmática de cambio.