
EL VENEZOLANO COLOMBIA
El Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF) informó que la inflación mensual en Venezuela alcanzó el 18,4 % en abril, marcando un nuevo incremento en la tendencia alcista que impacta con mayor dureza a los sectores más vulnerables del país.
Este aumento representa un salto de 5,3 puntos porcentuales respecto a marzo, cuando la variación fue de 13,1 %.
Una escalada impulsada por el alza en alimentos y servicios
El informe del OVF, organización conformada por economistas independientes y exparlamentarios, destaca que los productos de primera necesidad continúan siendo los principales responsables del encarecimiento general. El rubro de alimentos subió un 23 %, seguido por esparcimiento con 20 % y el sector de restaurantes y hospedaje con un alza de 17 %.
El organismo alertó que esta situación golpea con más fuerza a las familias de bajos ingresos, ya que destinan más del 40 % de sus recursos mensuales únicamente a la compra de comida. Esta estructura de consumo hace que cualquier fluctuación en los precios básicos tenga un impacto directo en la calidad de vida.
Devaluación y tipo de cambio: el dólar como factor clave
Uno de los elementos que mantiene la presión sobre el sistema de precios es la continua depreciación del bolívar frente al dólar estadounidense, utilizado como referencia en la mayoría de las transacciones comerciales en Venezuela.
Esta dependencia es una secuela de los años de hiperinflación entre 2017 y 2021, que consolidaron la dolarización informal de la economía.
Perspectiva preocupante para el resto del año
El acumulado inflacionario en los primeros cuatro meses de 2025 se ubicó en 63,1 %, mientras que la tasa interanual se elevó al 172 %, según cifras del OVF. Ante este panorama, el economista José Guerra advirtió en la red social X que el país podría cerrar el año con un aumento de precios superior al 200 %, calificando la situación como “fuera de control”.
Guerra también subrayó que el origen del problema no es exclusivamente técnico, y que la solución requiere transformaciones estructurales que incluyan decisiones políticas.
Salarios estancados y poder adquisitivo en caída libre
A pesar de la grave situación económica, el salario mínimo oficial se mantiene en 1,46 dólares mensuales, una cifra que contrasta fuertemente con el costo estimado de una canasta básica alimentaria, cercana a los 100 dólares.
Aunque el gobierno incrementó el llamado “ingreso mínimo integral indexado” a 160 dólares en bonos, este mecanismo no mejora las prestaciones sociales ni ofrece estabilidad financiera a los trabajadores.
Sin cifras oficiales, la incertidumbre se profundiza
Desde octubre, el Banco Central de Venezuela ha dejado de publicar datos oficiales sobre inflación, lo que incrementa la opacidad y dificulta el diseño de políticas públicas efectivas. En medio de una nueva fase de devaluación del bolívar, las perspectivas económicas siguen siendo inciertas para millones de venezolanos que enfrentan día a día una economía cada vez más frágil.