
EL VENEZOLANO COLOMBIA
El proceso para designar al nuevo líder de la Iglesia Católica comenzó con un revés inicial: la primera votación del cónclave, celebrada este miércoles, culminó con una fumata negra. Este signo, emanado desde la chimenea de la Capilla Sixtina, indica que los cardenales no lograron alcanzar el consenso necesario para nombrar al sucesor del papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril.
Con el mundo católico expectante, los 133 purpurados menores de 80 años se preparan para retomar las deliberaciones este jueves, en un ambiente cargado de solemnidad y responsabilidad.
Un ritual ancestral en marcha
La jornada inaugural del cónclave se desarrolló bajo los protocolos tradicionales del Vaticano. A las 17:46 horas locales, las puertas de la Capilla Sixtina se cerraron tras el emblemático «Extra Omnes», pronunciado por el Maestro de Ceremonias, Diego Ravelli.
Este acto marcó el aislamiento de los cardenales, quienes, en un entorno de recogimiento, iniciaron las discusiones para seleccionar al próximo pontífice. La primera sesión de votación, realizada en la tarde, no logró reunir los dos tercios de los sufragios requeridos, un umbral indispensable según las normas eclesiásticas.
La fumata negra: Símbolo de la deliberación
A las 21:00 horas, el cielo vaticano se tiñó con el humo oscuro que anunció al mundo la ausencia de un veredicto. La fumata negra, generada por la quema de las papeletas junto con un compuesto químico, es un mensaje claro: los cardenales aún no han encontrado un candidato que concite el respaldo mayoritario.
Este resultado, lejos de ser inusual, refleja la complejidad de un proceso donde factores como la visión pastoral, la procedencia geográfica y la trayectoria de los candidatos son minuciosamente evaluados.
El camino por delante
La agenda para este jueves contempla nuevas rondas de votaciones a partir de las 9:00 horas. Los purpurados, provenientes de diversas regiones del mundo, continuarán sus reflexiones en un clima de oración y análisis.
Cada jornada permite hasta cuatro escrutinios —dos por la mañana y dos por la tarde—, lo que ofrece múltiples oportunidades para acercar posiciones. Si el consenso no se materializa en los próximos días, el cónclave podría extenderse, como ha ocurrido en ocasiones históricas.
Expectativas globales
La elección del nuevo papa no solo concierne a los fieles católicos, sino que también despierta interés en la esfera internacional. El sucesor de Francisco deberá enfrentar desafíos como la unidad de la Iglesia, el diálogo interreligioso y los problemas sociales contemporáneos. Mientras tanto, los ojos del mundo permanecen fijos en la chimenea de la Capilla Sixtina, aguardando la fumata blanca que anuncie la llegada de un nuevo guía espiritual.