
Miguel Ángel González Tenias | Rostro Caribe | El Venezolano Colombia
En un momento en el que la industria del entretenimiento se enfrenta a cuestionamientos profundos sobre sus estándares de seguridad, la cantante colombiana Shakira se ha convertido en una voz contundente que recuerda que la vida siempre debe estar por encima del show.
Durante su gira “Las Mujeres Ya No Lloran World Tour”, la artista ha suspendido tres conciertos en lo que va de 2025 —en Medellín, Lima y Santiago de Chile—, no por capricho, sino por convicción. En todos los casos, se identificaron riesgos logísticos, estructurales o de salud que comprometían la integridad de quienes hacen posible el show: su público, su equipo y ella misma.
Y aunque para algunos fanáticos estas decisiones puedan parecer drásticas, la realidad se ha encargado de darle la razón.
Este sábado 12 y domingo 13 de abril, la artista se estará presentando en Medellín y ha reiterado su compromiso con la protección del público, su equipo y ella misma. Una postura que, aunque exigente, se vuelve aún más relevante frente a hechos recientes que enlutan al mundo del espectáculo.
La tragedia que estremeció a República Dominicana
El 10 de abril, mientras el merenguero Rubby Pérez se presentaba en el club Jet Set de Santo Domingo, el techo del recinto colapsó, dejando más de 200 fallecidos —entre ellos 21 venezolanos y una colombiana— y cerca de 100 personas heridas. El desastre no solo enlutó a toda una nación, sino que despertó una ola de indignación y reflexión en el mundo artístico.
El incidente evidenció una dolorosa verdad: muchas veces, los protocolos de seguridad brillan por su ausencia. Falta de salidas de emergencia, sobrecupo, estructuras debilitadas y ausencia de personal capacitado marcaron la diferencia entre la fiesta y la tragedia.
Lo ocurrido ha sido vinculado, de forma inevitable, con la reciente cancelación del concierto de Shakira en Santiago de Chile, donde la artista decidió no continuar con la fecha programada al identificarse posibles fallas logísticas y estructurales que comprometían la seguridad del evento.
Shakira ha implementado protocolos rigurosos, no un lujo
Shakira ha exigido para cada una de sus presentaciones revisiones técnicas exhaustivas, simulacros de evacuación, equipos de emergencia y una producción sin improvisaciones. De hecho, en Medellín se canceló su concierto tras detectar daños en la estructura del escenario, y en Lima, su salud también fue determinante. En ambos casos, el mensaje fue contundente: la vida está primero.
Lo ocurrido ha sido vinculado, de forma inevitable, con la reciente cancelación del concierto de Shakira en Santiago de Chile, donde la artista decidió no continuar con la fecha programada al identificarse posibles fallas logísticas y estructurales que comprometían la seguridad del evento.
Shakira ha implementado protocolos rigurosos, no un lujo
Shakira ha exigido para cada una de sus presentaciones revisiones técnicas exhaustivas, simulacros de evacuación, equipos de emergencia y una producción sin improvisaciones. De hecho, en Medellín se canceló su concierto tras detectar daños en la estructura del escenario, y en Lima, su salud también fue determinante. En ambos casos, el mensaje fue contundente: la vida está primero.
“Cuando fui al concierto en México, me impresionó ver cómo estaba todo organizado. Me sentí segura, protegida. Eso también es parte del show. Shakira no solo canta, se preocupa por todos los que estamos ahí”, expresó Lina Herrera, una fan residente en Guadalajara.
La intérprete barranquillera suspendió su presentación en Medellín tras detectarse daños estructurales en el escenario.
En Lima, su salud también fue un factor determinante. En ambos casos, el mensaje fue claro: la vida vale más que el show. Shakira ha implementado protocolos rigurosos, que incluyen evaluaciones estructurales previas, simulacros de evacuación y restricciones logísticas cuando se compromete la seguridad.
Seguridad, dignidad y responsabilidad: una lección que no puede pasar de moda
Lo ocurrido en Santo Domingo nos exige repensar nuestras prioridades. No basta con llenar estadios o discotecas. No se puede jugar con la vida por llenar un aforo. La música no puede seguir apagándose por la negligencia.
Los conciertos próximos de Shakira incluyen destinos como Nueva York, Miami, Toronto, Madrid y Barcelona, donde su equipo ha reforzado aún más los protocolos. Lo suyo no es una exigencia de diva; es una declaración de principios.
Desde Rostro Caribe alzamos la voz junto a ella. No se trata solo de proteger a grandes estrellas de la música, sino de cuidar a todas las personas involucradas: el público, los equipos técnicos, los artistas y de quienes hacen parte de un evento.
Lo sucedido con Rubby Pérez no debe repetirse. Lo que hoy exige Shakira debe convertirse en el estándar mínimo que todos —organizadores, autoridades y asistentes— demanden: condiciones dignas para celebrar la cultura, el arte y, sobre todo, la vida.Porque sí, la música debe hacernos vibrar, pero nunca a costa de nuestra seguridad.