
EL VENEZOLANO COLOMBIA
La administración de Donald Trump ha revocado la licencia que permitía a la petrolera estadounidense Chevron operar en Venezuela, otorgándole un plazo de 30 días para desmontar sus actividades en el país. La medida, anunciada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (Ofac) del Departamento del Tesoro, busca restringir aún más el acceso del gobierno de Nicolás Maduro a recursos provenientes de la industria petrolera.
Este sorpresivo movimiento ha generado interrogantes sobre las verdaderas intenciones de Washington, pues algunos analistas consideran que se trata de una estrategia de presión para forzar al régimen venezolano a negociar. Sin embargo, con un margen de tiempo tan corto, queda la duda de si ambas partes lograrán algún tipo de acuerdo antes de que venza el plazo.
Chevron y el bloqueo petrolero
La decisión de la Casa Blanca supone un golpe significativo para la economía venezolana. La nueva licencia, denominada 41A, prohíbe a Chevron pagar impuestos o regalías al régimen de Maduro y le impide exportar petróleo a cualquier destino que no sea Estados Unidos. Además, bloquea cualquier transacción con entidades controladas por Rusia dentro de Venezuela.
Esta revocación también afecta los ingresos provenientes del crudo, que representaban cerca de 400 millones de dólares mensuales en exportaciones. Sin estos fondos, el régimen deberá buscar nuevas estrategias para mantener a flote su ya debilitada economía.
Un posible punto de negociación
Aunque la medida ha sido presentada como una acción contundente contra el régimen de Maduro, algunos analistas creen que podría tratarse de un intento de presión para abrir un canal de diálogo. Entre los temas que podrían estar sobre la mesa se encuentran la migración venezolana hacia Estados Unidos y las condiciones electorales en Venezuela.
El economista Vicente Albornoz considera que la administración Trump podría estar utilizando esta revocación como una herramienta de negociación. Sin embargo, el tiempo juega en contra de cualquier intento de acuerdo, ya que el plazo otorgado es significativamente menor a los seis meses que originalmente se esperaban.
Factores políticos detrás de la decisión
La revocación de la licencia de Chevron no solo responde a intereses estratégicos, sino también a presiones políticas dentro de Estados Unidos. Según el portal Axios, un grupo de congresistas republicanos conocidos como “los cubanos locos”, integrado por Mario Díaz-Balart, Carlos Giménez y María Elvira Salazar, influyó en la decisión de Trump.
Estos legisladores habrían condicionado su apoyo al presupuesto nacional a cambio de que el presidente endureciera su postura contra Maduro. La necesidad de Trump de asegurar estos votos habría sido clave para acelerar la eliminación de la licencia petrolera.
El futuro de las relaciones entre EE.UU. y venezuela
La decisión de restringir aún más las operaciones de Chevron deja en el aire el futuro de las relaciones entre Washington y Caracas. Mientras algunos sectores de la oposición venezolana celebran la medida como un paso hacia la presión total contra Maduro, otros advierten que podría generar un mayor endurecimiento del régimen y afectar a la población.
Por ahora, el mandatario venezolano ha evitado una respuesta directa a Trump, aunque ha reiterado que no cederá ante presiones externas. A medida que se acerca la fecha límite del 3 de abril, la incertidumbre crece sobre si habrá algún tipo de negociación o si la relación entre países ambos entrará en una nueva fase de confrontación.