
EL VENEZOLANO COLOMBIA
La gigante energética ExxonMobil Guyana se mantiene en guardia frente a las crecientes fricciones entre Guyana y Venezuela por el control del Esequibo, una zona rica en recursos naturales. Ante la posibilidad de que el régimen de Nicolás Maduro eleve la presión sobre esta región en disputa, la empresa ha diseñado estrategias claras para proteger tanto a su personal como al entorno natural.
Con operaciones en el Bloque Stabroek, ubicado en aguas guyanesas, ExxonMobil asegura estar lista para actuar de inmediato si la situación lo requiere, priorizando la seguridad por encima de cualquier interés económico.
Preparativos ante una escalada de tensiones
La filial de ExxonMobil en Guyana ha confirmado su capacidad para interrumpir actividades en el Bloque Stabroek si las circunstancias políticas o militares lo exigen. Rebecca Cvikota, encargada de liderar los proyectos en la zona, explicó que cuentan con tecnología avanzada, como válvulas submarinas, que permiten clausurar los pozos de manera rápida y eficiente.
Esta medida busca evitar desastres ambientales, como fugas de hidrocarburos, en caso de que las hostilidades entre ambos países afecten las labores extractivas.
Incidentes que aumentan la precaución
A inicios de marzo, una embarcación militar venezolana navegó durante varias horas cerca de las plataformas de perforación y producción en aguas bajo jurisdicción guyanesa. Este hecho, ocurrido en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Guyana, puso en evidencia la fragilidad de la situación.
Aunque no se registraron enfrentamientos, la presencia del navío encendió las alarmas, llevando a la compañía a reforzar sus planes de contingencia frente a posibles actos de provocación.
Seguridad del personal como máxima prioridad
Cvikota destacó que, en escenarios de riesgo, como un hipotético ataque o abordaje por parte de fuerzas extranjeras, el bienestar de los trabajadores está garantizado mediante protocolos específicos. Las tripulaciones han sido entrenadas para reaccionar ante emergencias, aunque la ejecutiva evitó detallar las acciones concretas por motivos de confidencialidad.
Lo que sí dejó claro es que, en tales casos, la extracción de crudo queda relegada, cediendo el foco a la protección de las personas y el ecosistema circundante.
Un conflicto histórico en auge
La controversia entre Guyana y Venezuela por el Esequibo no es reciente. Caracas sostiene que el fallo de 1899, que definió los límites actuales, carece de validez y reclama una vasta extensión territorial que incluye valiosas reservas petrolíferas en el Atlántico.
Por su parte, Georgetown defiende su soberanía y ha elevado el caso a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), solicitando medidas urgentes para frenar las intenciones venezolanas de organizar elecciones en la zona disputada. La negativa de Guyana a negociar directamente con Maduro agrava aún más el panorama.
Respuesta internacional y futuro incierto
La escalada verbal, sumada a los movimientos militares, ha generado preocupación más allá de las fronteras de ambos países. ExxonMobil, como actor clave en la explotación de los yacimientos offshore, se encuentra en una posición delicada pero firme. Su disposición a pausar las actividades extractivas refleja no solo una estrategia de mitigación de riesgos, sino también un mensaje de compromiso con la estabilidad regional. Mientras la CIJ evalúa el litigio, el destino de esta área estratégica sigue pendiendo de un hilo, con implicaciones económicas y geopolíticas de gran alcance.