EL VENEZOLANO COLOMBIA
La caravana migrante de más de 1,500 personas, en su mayoría venezolanos, enfrenta múltiples desafíos en su travesía por México. En el estado de Chiapas, autoridades locales y federales han intensificado el control migratorio, dificultando el avance del grupo que busca llegar a Ciudad de México para esperar su cita de asilo en Estados Unidos. Esta situación ocurre en medio de crecientes presiones diplomáticas de EE. UU., lo que agudiza la crisis migratoria en la región.
Avance detenido por autoridades mexicanas
La caravana partió desde Huixtla en las primeras horas del martes, escoltada por elementos de la Guardia Nacional y policías locales. Aunque algunos avanzan a pie, otros recurren a bicicletas o triciclos para aligerar el trayecto. Sin embargo, los migrantes enfrentaron intentos de detención por parte del Instituto Nacional de Migración (INM), lo que generó tensión entre los integrantes del grupo y las autoridades.
Los migrantes temen que el bloqueo sea un preludio para ser obligados a regresar a Tapachula, donde las condiciones en los centros de retención son ampliamente criticadas. “Solo queremos llegar a Ciudad de México para seguir el proceso de manera segura”, comentó Genaro Cárdenas, un venezolano que viaja junto a su familia.
Presión internacional y postura mexicana
La estrategia migratoria de México se encuentra bajo la lupa, especialmente tras las declaraciones del presidente electo estadounidense, Donald Trump, quien ha condicionado la relación comercial con México a un mayor control del flujo migratorio. Esto incluye amenazas de imponer aranceles del 25 % si no se detiene lo que califica como una “invasión” de migrantes.
Por su parte, la presidenta Claudia Sheinbaum ha asegurado que las caravanas no están llegando a la frontera norte. Sin embargo, las denuncias de los migrantes sobre las condiciones precarias en Tapachula contradicen esta narrativa oficial.
Impacto humanitario y apoyo limitado
Además de las restricciones, los migrantes enfrentan condiciones físicas y emocionales extremas. Organizaciones como Médicos Sin Fronteras (MSF) y el Sistema Integral para la Familia (DIF) brindan apoyo limitado, atendiendo casos de deshidratación, heridas y enfermedades derivadas de las largas jornadas de caminata.
“La travesía es agotadora, pero seguimos adelante. No buscamos causar problemas, solo alcanzar un lugar seguro”, expresó Fabiola Flores, una migrante salvadoreña que avanza junto al grupo.
El destino incierto de la caravana
A pesar de los bloqueos, la caravana mantiene su objetivo de llegar a la Ciudad de México, donde esperan mejores condiciones y la oportunidad de continuar con sus trámites migratorios. No obstante, las políticas restrictivas y la creciente militarización de las rutas plantean un panorama incierto para estas personas que huyen de la crisis en sus países de origen.
La caravana migrante pone en evidencia los desafíos de la política migratoria en México y la falta de soluciones integrales ante una crisis humanitaria que trasciende fronteras. Mientras las tensiones internacionales crecen, las historias de resiliencia de los migrantes reflejan una lucha por encontrar seguridad y estabilidad, incluso en medio de adversidades.