EL VENEZOLANO COLOMBIA
Los migrantes venezolanos que han llegado a Estados Unidos bajo el programa de parole humanitario enfrentan un nuevo desafío: cambiar su estatus migratorio en un plazo de dos años o, de lo contrario, podrían ser deportados.
Esta advertencia del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha generado incertidumbre entre quienes buscan estabilidad en territorio estadounidense tras huir de la crisis en Venezuela. El parole humanitario, aunque brinda un alivio temporal, no asegura una permanencia definitiva, lo que obliga a los beneficiarios a buscar alternativas legales para extender su estadía.
La advertencia del DHS
El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos ha dejado claro que aquellos migrantes procedentes de Venezuela, Cuba, Haití y Nicaragua que ingresaron al país mediante el parole humanitario tendrán un plazo máximo de dos años para regularizar su estatus migratorio.
Si al finalizar ese período no han logrado obtener asilo o cualquier otro tipo de visa, deberán abandonar el país o enfrentarse a procedimientos de deportación. Esta política subraya el carácter temporal del parole, que otorga una autorización limitada y no garantiza una vía hacia la residencia permanente.
El parole humanitario: una medida temporal
El parole humanitario fue implementado por el gobierno de Joe Biden en octubre de 2022 como una respuesta a la creciente presión en la frontera sur de Estados Unidos, en particular por el aumento de migrantes provenientes de Venezuela.
Posteriormente, en 2023, el programa se amplió para incluir a ciudadanos de Cuba, Haití y Nicaragua. Este permiso ofrece a los beneficiarios la posibilidad de trabajar legalmente durante su estancia en el país, pero no proporciona un camino directo hacia la ciudadanía ni asegura la obtención de una green card.
Requisitos para el parole humanitario
Para ser elegibles al parole humanitario, los migrantes deben cumplir con ciertos criterios, entre ellos contar con un patrocinador económico en Estados Unidos que se haga responsable de su sostenimiento durante su permanencia. Además, los solicitantes deben pasar rigurosos controles biométricos y biográficos para garantizar su admisión al país. A pesar de estos estrictos requisitos, muchos beneficiarios enfrentan incertidumbre sobre su futuro, ya que el programa no ofrece una solución a largo plazo para quienes buscan permanecer en territorio estadounidense.
El desafío de cambiar el estatus migratorio
La realidad para los venezolanos y otros migrantes bajo parole humanitario es que tienen un período de 24 meses para explorar alternativas migratorias que les permitan permanecer en Estados Unidos de manera legal. La opción más común suele ser solicitar asilo, aunque el proceso es largo y complicado. Aquellos que no logren cambiar su estatus a tiempo, ya sea mediante el asilo u otro programa, se arriesgan a ser deportados, enfrentando un regreso a sus países de origen, donde las condiciones que los llevaron a emigrar siguen siendo adversas.
Este escenario pone a miles de migrantes en una situación de incertidumbre, donde la búsqueda de estabilidad migratoria es fundamental para evitar el riesgo de deportación.
