Tormenta imperfecta; exilio, influencers y dictaduras | Por: Oswaldo Mu単oz

El autor es abogado venezolano y CEO del grupo editorial El Venezolano

El asombro es una emoci坦n que nos ubica en el espacio f鱈sico menos pensado, en el momento menos indicado, y bajo circunstancias que jam叩s hubi辿ramos concebido. No podemos llegar a aturdirnos a priori prop坦sito de algo. Es in炭til ese tipo de esfuerzo, por m叩s que sepamos de d坦nde son los cantantes. Es decir, la l坦gica de las cosas la imponen los hechos. El lenguaje es otra cosa.

Dado la coyuntura pol鱈tica en Venezuela, no deja de desconcertarnos la correspondencia que hay entre un importante sector venezolano, en el exilio, la enfermiza ascendencia de los influencers en determinadas comunidades digitales -en fin, es opini坦n p炭blica, resquicio algor鱈tmico- y la salud de las dictaduras como las de Maduro y D鱈az-Canel, que, en la medida en que se fagocitan, curiosamente, alimentan, sostienen y consolidan cierto destierro, para despecho de quienes s鱈 luchan por la libertad en ambas tiran鱈as, desde la lejan鱈a.

Este coctel est叩 igualmente amparado por algunos medios, en parte dos emisoras de radios que se robustecieron en los a単os 90, a prop坦sito del 辿xodo de Mariel, en parte por el advenimiento de las redes sociales, especie de caciquismo comunicacional, de artero discurso dubitativo, que no pocos influencers han utilizado para disertar sobre la dictadura venezolana.

Y es que hay sectores del exilio cubano y venezolano, enraizados en el Estado de Florida, que se asemejan entre s鱈, en su condici坦n parasitaria de, a pesar de que quieren libertad, no les conviene la libertad. Estamos en frente de una vibrante paradoja, y m叩s all叩 de las clasificaciones de rigor, la conducta es de una inmoralidad indescriptible por cuanto lo que est叩 en jugo es el pu単ado de d坦lares que recibe, producto desde los likes hasta los anunciantes. Dicho en otras palabras, el exilio es un negocio.

Para que el lector tenga una idea del poder del destierro, caso cubano, en los a単os 90 la emisora Radio Mambi, La Grande, a trav辿s del locutor cubano Armando P辿rez Roura, quien falleci坦 hace cuatro a単os, convoc坦 a una protesta en la ic坦nica Calle 8, la peque単a Habana, en Miami, y logr坦 un grito un叩nime de libertad de no menos de un mill坦n de personas, que se escuch坦 en el Malec坦n de Cojimar.

El tiempo, que todo lo despeja, puso en orden las cosas. La tiran鱈a cubana se afianz坦, la estaci坦n de radio Mambi (al igual que La Cuban鱈sima (WQBA, 1140 AM) cuyo fundador y propietario fue Amancio Su叩rez, pas坦 a otras manos porque representaba un serio negocio y termin坦 en poder de Univisi坦n. Finalmente, una de las dos se単ales radiales, La Cuban鱈sima, pionera de la voz disidente del exilio cubano, en el 2022, qued坦 en posesi坦n de Latino Media Netword. Engordar para vender tambi辿n es claudicar.

Una forma de vivir de la esperanza de derrocar a la dictadura cubana, fue en efecto, el convencimiento corporativo que supo sacar ventajas econ坦micas de la desdicha de otros, y lo mismo ocurre con los titiriteros del micr坦fono, cap鱈tulo Venezuela. A trav辿s de las redes, que no exist鱈a en los 90, el dise単o de menstruar cremat鱈sticamente sobre la dignidad de ambos pueblos, se repite con copiosa inescrupulosidad.

Unos, los cubanos, en su delirio provocado por los mojitos discursivos, llenaron sus alforjas de d坦lares, por m叩s de cinco d辿cadas, creyendo que Fidel ser鱈a destronado todos los diciembres. Muri坦 el barbudo, su hermano Ra炭l se separ坦 del poder, y D鱈az-Canel, sigue all鱈, como un mu単eco vud炭, atiborrado de alfileres; los otros, los venezolanos (no el ciudadano venezolano corriente, como el cubano, honesto, consciente de la situaci坦n, que asume su honor y el exilio con aplomo e integridad) que echando mano de la condici坦n de influencers, han copiado al dedillo el ideal de hacer d坦lares a cualquier costo, entre esas calamidades del oficio de comunicar, siembran la duda de si el dictador Maduro ser叩 o no destronado, para lo cual su estabilidad en el r辿gimen les convendr鱈a. Muerto el perro, se acab坦 la rabia. Desplazado Maduro, se acab坦 el negocio.

Cual animal policef叩lico, el exilio cubano-venezolano, y no est叩 en nuestro 叩nimo generalizar, se muerde la cola sin conocer con exactitud cuando ser叩 la 炭ltima mordida en d坦lares. Hay que recordar que un influencers, con titulo de periodista, a su equivalente, no es sin坦nimo de veracidad ni mucho menos de transparencia. Su naturaleza est叩 asociada con unos valores contrarios al buen periodismo, y a la honestidad que representa la mayor鱈a de venezolanos que habitan en Florida.

Si seis a単os m叩s de Maduro en el poder, les beneficiar叩 econ坦micamente, es terminar de comprender que el negocio del exilio tiene asegurado un extenso cap鱈tulo, en letras doradas, en la Historia Universal de la Crueldad.

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