EL VENEZOLANO COLOMBIA
El flujo migratorio desde Venezuela sigue siendo constante y significativo. En el estado Zulia, al menos 1.500 personas cruzan la frontera cada semana hacia Colombia, buscando mejores oportunidades y condiciones de vida. Este éxodo, impulsado por la crisis política y económica que vive el país, ha transformado a la frontera de Paraguachón en un punto clave para los venezolanos que deciden dejar atrás su tierra natal.
La ruta hacia Colombia: una esperanza para los migrantes
El terminal de pasajeros de Maracaibo ha registrado que, durante el mes de agosto, unas 4.125 personas partieron desde esta ciudad hacia la frontera con Colombia, según declaraciones de Rodmar Urdaneta, director de la estación. Aunque este número representa una disminución en comparación con el mismo periodo de 2023, el fenómeno migratorio no ha dejado de ser un hecho cotidiano en la región.
A diario, más de 200 personas utilizan los servicios de transporte público y privado para llegar a Maicao, en Colombia. Los transportistas, como Juan Carlos Restrepo, presidente del Bloque Bolivariano de Transportistas de la Troncal del Caribe, aseguran que la mayoría de los pasajeros busca emigrar hacia destinos como Estados Unidos o Chile, utilizando a Colombia como puerta de salida.
El Darién: la ruta peligrosa
Uno de los caminos más riesgosos que han tomado muchos venezolanos en su travesía migratoria es la selva del Darién, ubicada entre Colombia y Panamá. Desde enero hasta agosto de 2024, las autoridades panameñas han registrado que 158.682 venezolanos han cruzado esta peligrosa selva, convirtiéndose en el grupo más numeroso de migrantes que se aventuran por esta ruta.
Este cruce, conocido por su dificultad y peligros, no ha sido obstáculo para miles de personas que, desesperadas, optan por este trayecto en su búsqueda de mejores oportunidades en otros países.
El impacto de las restricciones aéreas
La disminución en los viajes terrestres hacia Colombia también se ha visto influenciada por las restricciones que el gobierno venezolano ha impuesto a los vuelos provenientes de Panamá y República Dominicana.
Estas limitaciones han generado que muchos venezolanos elijan salir por tierra hacia la frontera, para luego tomar vuelos en aeropuertos colombianos, como el de Riohacha. Este método de salida es considerado más económico y eficiente para quienes desean continuar su migración hacia otros destinos internacionales.
Despedidas diarias y el impacto emocional
José González, un chofer de la ruta Maracaibo-Paraguachón, describe el panorama desolador que observa a diario en la terminal de pasajeros. «La mayoría te dice que se van porque aquí no hay vida, no hay trabajo. Antes lloraba viendo a la gente despedirse, ahora ya no», comentó González, reflejando la normalización del dolor de la partida entre los migrantes venezolanos.
Aunque el flujo de pasajeros ha disminuido en comparación con el año anterior, González asegura que el número de personas dispuestas a salir del país podría aumentar hacia finales del año. «La gente está reuniendo su dinero, pero en diciembre se va a ir más gente», predice el transportista, consciente de la naturaleza cíclica del fenómeno migratorio.
Perspectivas a futuro
El éxodo desde el Zulia es solo una muestra de la magnitud de la crisis migratoria venezolana. Maracaibo, capital de este estado, ha visto partir a casi medio millón de sus habitantes en los últimos años. La situación económica y política no da señales de mejorar, y según algunos expertos, la salida de ciudadanos podría repuntar aún más si no se toman medidas para estabilizar el país. Naciones como Colombia y Brasil han advertido sobre las posibles consecuencias de un éxodo masivo si los problemas de Venezuela no encuentran solución.
La crisis migratoria en Venezuela sigue cobrando fuerza, y la frontera con Colombia continúa siendo una de las principales vías de escape para miles de personas que buscan una vida mejor lejos de las dificultades que enfrentan en su país de origen.