EL VENEZOLANO COLOMBIA
La reciente expulsión de migrantes venezolanos en Bucaramanga, liderada por el alcalde Jaime Andrés de Beltrán, ha desatado un intenso debate sobre la seguridad y la migración en la ciudad.
A través de cifras de delincuencia y opiniones de expertos, se analiza la controversia en torno a este operativo y se plantean reflexiones sobre las políticas públicas necesarias para abordar estos desafíos.
Seguridad ciudadana y nigración: Un análisis de las cifras
Datos recientes revelan un aumento en la cantidad de delitos cometidos en Bucaramanga, con un total de 5.654 personas capturadas en el último año.
Sin embargo, sorprendentemente, solo el 13% de estas capturas corresponde a migrantes venezolanos, lo que sugiere que la mayoría de los delitos son perpetrados por ciudadanos colombianos.
Subregistro de delitos
Expertos advierten sobre un posible subregistro de delitos cometidos por migrantes venezolanos, ya que muchos de estos casos no son denunciados o registrados oficialmente.
Aunque las cifras oficiales son bajas, existe la percepción de que la delincuencia migrante contribuye a la inseguridad en la ciudad.
Riesgos de estigmatización
El profesor Juan Carlos Mantilla destaca el riesgo de estigmatizar a la población venezolana como delincuentes, subrayando que muchos migrantes buscan oportunidades en medio de una crisis humanitaria.
Advierte que aplicar medidas restrictivas puede generar una falsa percepción de seguridad y no aborda las causas subyacentes de la criminalidad.
Enfoque en programas sociales
Mantilla propone programas sociales que aborden las causas estructurales de la delincuencia, como la falta de oportunidades para los jóvenes.
Destaca la importancia de visitar barrios vulnerables y ofrecer apoyo educativo y laboral para disuadir la participación en actividades criminales.
Críticas al alcalde y a la institucionalidad
El analista político Julio Acelas critica al alcalde Beltrán por su enfoque en la seguridad y la migración, señalando que la gestión gubernamental debe ir más allá de las medidas punitivas.
Destaca la necesidad de respetar los límites institucionales y promover políticas inclusivas que aborden las causas profundas de la delincuencia.
Reflexiones sobre la xenofobia y la aporofobia
Acelas sugiere que más que xenofobia, la situación refleja una tendencia hacia la aporofobia, el desprecio hacia los migrantes pobres y marginados.
Destaca la importancia de reconocer la vulnerabilidad de estos grupos y abogar por políticas que promuevan la inclusión y la solidaridad.
Firmeza en la expulsión de migrantes
El alcalde Beltrán reafirma su compromiso con la expulsión de migrantes que representen una amenaza para la seguridad ciudadana.
Destaca el apoyo de la comunidad a estas medidas, enfatizando la necesidad de mantener el orden y la seguridad en la ciudad.
Llamado a la acción colectiva
Beltrán insta a otros líderes locales a enfrentar el desafío de la delincuencia migrante y a no temer ser catalogados como xenófobos. Aboga por la colaboración entre municipios y departamentos para encontrar soluciones efectivas y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos.
En medio de la polémica y las diferencias de opinión, queda claro que abordar la compleja relación entre migración y seguridad requerirá un enfoque integral y colaborativo que tenga en cuenta tanto las necesidades de los migrantes como la seguridad ciudadana.
