EL VENEZOLANO COLOMBIA | VERSIÓN FINAL
Hoy es necesario y urgente escribir sobre la necesidad de construir las bases de un gobierno de transición.
Me preocupa ver cómo el país persiste en creer que el próximo gobierno será algo más de lo ya visto en los últimos 30 años.
Es de alto riesgo llegar a una administración monopartidista, liderada por un presidente mesiánico o caudillista que, con prepotencia o soberbia, venga asumir un Gobierno nacional.
No se puede subestimar al adversario (Chavismo y Madurismo), ni tampoco a la cúpula del G3 que ha demostrado ser capaz de jugar en contra de la transición.
Nos urge un “Plan País” concebido por las mentes más lúcidas y honorables de la Nación, capaces de presentar a los venezolanos la República que en el mañana queremos refundar.
Si el Pacto de Punto Fijo sirvió para democratizar el país, este nuevo “Pacto Nacional” debe servir para, primero sacarnos del neocolonialismo habanero que tenemos instaurado en Miraflores y Fuerte Tiuna, y luego sembrar las bases políticas y jurídicas para llevar a Venezuela al primer mundo.
Tenemos todas las condiciones para lograrlo.
En las décadas de los 70-80 lo pudimos evidenciar, pero lamentablemente entre mezquindades humanas y errores políticos por ambiciones desmedidas hubo un “freno” que comenzó con la intentona de golpe del 4-2-1992 y que derivó en el peor gobierno autoritario representado hoy por Nicolás Maduro y su élite criminal.
Es la hora de una “TRANSICIÓN”.
Esta nos daría una garantía de un gobierno con viabilidad y sostenibilidad institucional, con futuro cierto y sin retorno a un pasado oscuro.
No quiero ver a Venezuela como Argentina, que aún después de 60 años persiste el fantasma del Peronismo y aún se debate entre populismo y corrupción.
No quiero pensar que Venezuela se convierta en otra Cuba.
Aún después de tanta sangre derramada, persecuciones, presos políticos, tantos civiles muertos y militares encarcelados, Venezuela puede comenzar a andar hacia la transición con una victoria en 2024, pero no quiero ver que ese camino que podamos abrir se esfume por no dotarlo de bases sólidas, por no resguardarlo de aquellos francotiradores que estarán siempre dispuestos a destruirlo desde la otra acera política.
Esto se logra con un “NUEVO PACTO NACIONAL DE UN GOBIERNO DE TRANSICIÓN”.
De todos los precandidatos que han aportado su nombre, resalta el de un experimentado diputado, docente, abogado constitucionalista, Gobernador de un Estado limítrofe y complejo en su administración, que está formado políticamente para administrar la crisis que se recibirá y una cultura política amplia, demostrada en su ejercicio como Gobernador, donde hizo una administración plural e integrada por los partidos aliados electoralmente.
Ese hombre es César Pérez Vivas, un venezolano formado y ganado para una administración de un Estado innovador y futurista, personificando la mejor ruta a la transición y al mismo tiempo al Estadista necesario.
Respetamos las condiciones y credenciales de los que han colocado su nombre para conducir la Nación, pero su gestión puede reservarse para un mañana donde ya se haya levantado un andamiaje de justicia, paz, pluralismo y alternabilidad.
Y eso será posible si somos capaces de erradicar este modelo cubano y sembremos las bases para relanzar el país al primer mundo.
Las experiencias en países donde se ha seleccionado a un Presidente de Transición, nominado y designado por una Cúpula o élite nacional, no puede replicarse hoy en Venezuela.
La circunstancia de nuestro país es diferente. El abanderado único de oposición debe enfrentarse al régimen que aún mantiene a un electorado “controlado” socialmente a través del clientelismo, la amenaza y el terror de la persecución.
Por ello el candidato opositor debe legitimarse con la fuerza y el voto por la libertad, por la justicia, por la dignidad, ese voto que quiere endosar la mayoría de los venezolanos dentro y fuera del país.
No hay espacios para consensos cupulares.
En las Primarias se podrán construir alianzas en torno a un candidato que pueda ganarlas y esté dispuesto a liderar una administración con parámetros bien definidos y planificados para avanzar en la transformación.
Es preciso entonces seleccionar a un presidente de transición, el estadista necesario y esperado.
Creemos y estamos convencidos de que César Pérez Vivas tiene ese perfil. Desde el Partido Centro Democrático lo hemos acompañado impulsado esta iniciativa desde hace más de un año.
Y así lo están viendo y compartiendo ya miles y miles de venezolanos.
En él, César Pérez Vivas, tenemos una oportunidad de trazar el camino hacia el renacimiento de nuestra Venezuela hacia el primer mundo, de progreso, de bienestar, de justicia y de libertad