En los últimos años, Venezuela ha experimentado una de las mayores crisis económicas de su historia, marcada por una inflación descontrolada que ha afectado severamente la vida de sus ciudadanos. Un aspecto intrigante de esta situación es la sensación de escasez de dinero, a pesar de la abundante emisión de bolívares por parte del gobierno.
A continuación, exploraremos las razones detrás de esta paradoja, enfocándonos en la relación entre la emisión de dinero base, la demanda de bolívares y la inflación en el país.
La emisión de dinero base como principal causa de inflación
En Venezuela, la emisión de dinero base ha sido la principal causa de la inflación. Pero, ¿qué es el dinero base? El dinero base es el conjunto de billetes y monedas en circulación más las reservas bancarias (el dinero que los bancos mantienen en el Banco Central). El dinero base es creado por el BC, por lo general, mediante operaciones de mercado abierto (compra y venta de títulos públicos), préstamos a los bancos comerciales y al gobierno, y otras operaciones financieras.
En el caso concreto de Venezuela, el Banco Central ha recurrido a la emisión masiva de dinero para financiar el déficit fiscal del gobierno, lo que ha llevado a un aumento desmedido de la oferta monetaria. Pero, ¿qué es la oferta monetaria? Es el conjunto de medios de pago disponibles en una economía. La oferta monetaria incluye el dinero base más los depósitos bancarios (el dinero que todos tenemos en cuentas corrientes o de ahorro).
Para hacerlo más sencillo, imaginemos que la oferta monetaria es como una «caja» que contiene todo el dinero disponible en una economía. Esta «caja» está compuesta por el dinero que el banco central imprime (dinero base) y por el dinero que todos nosotros tenemos en nuestras cuentas bancarias.
La teoría cuantitativa del dinero nos dice que hay una relación directa y proporcional entre la cantidad de dinero en la economía y el nivel general de precios. Esto significa que si la oferta monetaria aumenta, los precios tienden a subir, y si la oferta monetaria disminuye, los precios tienden a bajar. En otras palabras, si la oferta monetaria aumenta más rápido que la producción real, habrá más dinero persiguiendo menos bienes y servicios, lo que generará un aumento de los precios. Esta es la situación que se ha dado en Venezuela desde hace varios años.
La sensación de escasez en escenarios de alta inflación
La sensación de escasez de dinero en medio de la inflación no es algo nuevo ni exclusivo de Venezuela. En economías afectadas por una inflación galopante, se presenta una paradoja entre la percepción de la falta de bolívares por parte de la población y la evidente sobreabundancia de moneda en circulación.
La principal razón detrás de la sensación de escasez de dinero en una economía inflacionaria radica en la falta de acumulación y retención de la moneda local. En un contexto donde la inflación se ha vuelto crónica, los ciudadanos pierden la confianza en la moneda como reserva de valor y buscan resguardar sus activos en monedas más estables o bienes tangibles. Como resultado, la velocidad de circulación del dinero se acelera, ¿qué quiere decir esto? Quiere decir que el dinero pasa de mano en mano mucho más rápido, es decir, nadie lo retiene. Así, podemos decir que la demanda de bolívares disminuye drásticamente.
Es importante comprender que la escasez de dinero en una economía inflacionaria es relativa. Si bien es cierto que puede haber una gran cantidad de bolívares en circulación, esta abundancia se mide en relación con el nivel de demanda (las ganas de retener bolívares), el tamaño de la economía y las expectativas de los agentes económicos (la creencia de la gente sobre lo que ocurrirá en el futuro).
En definitiva, la escasez de dinero en tiempos de inflación en Venezuela puede ser atribuido principalmente a la emisión masiva de dinero base por parte del Banco Central y el Gobierno. Ya que, aunque la cantidad de bolívares en circulación puede ser considerable, la falta de confianza en la moneda y la acelerada velocidad de circulación generan una sensación de escasez entre la población, precisamente porque las personas lo que menos quieren es retener o acumular la moneda nacional, y si lo hacen, su poder adquisitivo sencillamente se disuelve antes de haber completado una cifra o monto determinado.
Entender esta relatividad es fundamental para no malinterpretar las señales económicas y tomar medidas adecuadas para abordar el problema inflacionario desde su raíz.