EL VENEZOLANO COLOMBIA | COLOMBIA.COM
Los migrantes venezolanos que viven en Colombia padecen difíciles realidades y deben mantenerse con el estigma de protagonizar permanentemente actos de delincuencia y organizar bandas dedicadas al crimen, pero existe un gran número que debe sobrevivir a diario y para no dormir con sus familias en la fría calle bogotana, la mayoría con niños pequeños, deben optar por un ‘pagadiario’.
Los llamados pagadiarios son casas de inquilinato en las que se arriendan habitaciones a familias venezolanas, y como su nombre lo dice, la tarifa es diaria, por lo que muchos padres venezolanos salen temprano con la idea de lograr pagar el alquiler vendiendo productos, pidiendo una ayuda o cantando en el transporte público, y, además, obtener comida para su familia.
Un operativo realizado por Migración Colombia junto con diferentes autoridades como la Policía Nacional logró llegar hasta la zona de los ‘pagadiarios’ en el centro de Bogotá en la localidad de Santa Fe y allí se encontraron con una muy dura realidad.
La localidad de Santa Fe se ha consolidado en los últimos años de migración venezolana como un punto de concentración y los viejos edificios han sido acondicionados para ofrecer posada a los inicialmente recién llegados con un pago diario, pero lo qu se vive allí adentro es dramático en la mayoría de los casos.
Las autoridades determinaron y comprobaron que el hacinamiento es uno de los principales problemas que registran los pagadiarios o pensiones porque en una minúscula habitación pueden habitar hasta 10 personas, todas venezolanas.
Las condiciones higiénicas son lamentables y son foco de infecciones y enfermedades de toda clase viéndose mayormente afectados los más pequeños, quienes tienen que convivir con mascotas y todo tipo de insectos y roedores.
Luis Francisco Céspedes, director de Migración Colombia regional Andina, indicó a Caracol Noticias y su sección el ojo de la noche, que existe una importante presencia de niños en los llamados pagadiarios del centro de la ciudad de Bogotá y hace un llamado a Integración Social para que de una mirada a esta difícil realidad, la cual calificó como ‘inhumana’.
La mayoría de los migrantes venezolanos afirman ser honrados y trabajadores, pero infortunadamente ‘por unos pagan todos’ porque quienes han llegado al país a delinquir han puesto un estigma sobre quienes se ganan la vida de manera honrada y deben sufrir a diario la discriminación de la sociedad.
Luis Francisco Céspedes aseguró que siendo una población volátil que viene y va, en Bogotá podrían estar viviendo cerca de 400.000 migrantes venezolanos.