EL VENEZOLANO COLOMBIA | LA OPINIÓN
Los comerciantes de los municipios fronterizos de San Antonio y Ureña reportaron una caída adicional del 10%, tras la apertura vehicular por los puentes internacionales. Esta situación tomó por sorpresa a muchos empresarios de la zona que esperaban una mejoría.
Luego de un recorrido por ambos municipios del Táchira, se pudo observar comercios cerrados. Los empresarios y emprendedores manifestaron que la apertura vehicular de la frontera, en lugar de beneficiarlos, ha empeorado su situación económica. Creen que esta situación se debe a que el Táchira tiene muy poco para ofrecer en materia de bienes y servicios.
Algunos comerciantes como Carmen Osorio, una emprendedora de confección y costura en la localidad de Ureña, están pensando en cerrar sus locales porque ya no pueden pagar los alquileres y, al mismo tiempo, pagar los altos costos de los servicios públicos, en medio de pocas ventas.
Esta comerciante que tiene una venta de vestidos y ropa para dama, en medio de una avenida llena de locales cerrados, y desde que se abrieron los puentes que unen al Táchira con Norte de Santander, experimenta una menor venta de los productos que fabrica.
Osorio consideró que a raíz de la apertura de la frontera, para los pequeños comerciantes ha sido caótico, porque cuando la frontera estaba cerrada, al menos los mismos habitantes de Ureña compraban, “pero ahora todo decayó”.
A pesar de las promesas de reactivar el aparato productivo, y de que muchos emprendedores fabrican productos como Carmen Osorio, de muy buena calidad, los precios que ofrecen no son para nada competitivos con los costos que los consumidores pueden hallar en Cúcuta. Expresó que Pedro María Ureña no tiene nada que ofrecerle al colombiano, debido a que gran parte de la materia prima se trae de Colombia.
Además, gran parte de los consumidores venezolanos muy poco se detienen en estas localidades y con toda la razón prefieren atravesar el tramo binacional para realizar sus compras.
La frontera no se ha recuperado
Indover Sayago, vicepresidente de la Cámara de Comercio de San Antonio, refirió que el comercio se encuentra en un 80% caído, pese a la apertura de los puentes internacionales, debido a que la región no se ha podido levantar ni recuperar desde hace siete años, cuando la frontera fue cerrada.
“Pensábamos que este año iba a aumentar, entre un 5 y 10 % de la actividad comercial de San Antonio, más bien ha retrocedido en un 10%”, relató el representante del gremio.
Explicó que en parte la precariedad que hoy atraviesa el sector comercial se debe a la inflación que experimenta Venezuela en lo que va de 2023, lo cual ocasiona que algunos productos que pudieran ser llamativos para los colombianos sean más costosos que en el vecino país, y por ende sus costos no son competitivos.
“El comercio local añora que la región sea competitiva y atraiga a los visitantes colombianos” dijo Sayago. No obstante, observan que los venezolanos prefieren cruzar al lado colombiano para adquirir gran parte de sus productos, mientras que los colombianos evitan visitar la región fronteriza por el gran temor que le tienen a ser extorsionados por la fuerza pública venezolana.
Aunado a la difícil situación que atraviesan los comerciantes locales, se le suma que las facturas de los servicios públicos les están llegando con un 1000% de aumentos, entre ellos el servicio de Hidrosuroeste, lo cual “es la estocada final para el sector comercial e industrial del Táchira”, apuntó Indover Sayago.
Por lo que señaló que “el Estado venezolano, en vez de promover y apoyar políticas para desarrollar nuestro comercio, sistema gastronómico, turístico y hotelero, más bien los están afectando y los ponen en desventaja frente a la competencia colombiana”.
Incluso, varios empresarios ya han pasado carta de cese de actividades ante la autoridad tributaria, ya que es imposible sostener un negocio de tal manera, puntualizó Sayago.
