EL VENEZOLANO COLOMBIA | AFP
Hace pocas semanas se dio a conocer que en Venezuela hubo una nueva caída del precio del bolívar venezolano respecto al valor del dólar a nivel internacional, que sigue afectando a los trabajadores y pensionados que reciben el pago del salario mínimo en el vecino país.
La cifra está en los 7,59 dólares al mes, que equivalen a 36.230 pesos colombianos al cambio de hoy. Al comparar este dinero, como lo que se puede comprar, por ejemplo, en Caracas, capital de Venezuela, no alcanza para comprar siquiera los bienes de primera necesidad. Por ejemplo, un kilo de carne de res está entre 8 y 10 dólares, un kilo de queso cuesta 8,43 dólares.
Los ingresos correspondientes al salario mínimo, que reciben cerca de 5 millones de personas en Venezuela, quedaron en 7,59 dólares al día, luego de haber estado en 29,68 dólares en marzo de este año.
De acuerdo con el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros, una familia conformada por 5 integrantes necesita alrededor de 470 dólares al mes para acceder a la canasta básica familiar.
Según la ONG Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS), en noviembre fueron registradas 499 manifestaciones, en su mayoría organizadas por trabajadores públicos, jubilados y pensionados.
El bolívar se desvalorizó 71,3 % en lo que va del año, según datos del Banco Central. La moneda venezolana experimentó una “estabilidad” entre octubre de 2021 y agosto de este año, cuando comenzó a tambalearse de nuevo.
A partir de ese momento, el Gobierno desempolvó términos como “dólar criminal” y “especulativo” para describir el mercado paralelo. Hoy el tipo de cambio oficial está en 16 bolívares por dólar (desde 4,58 el 3 de enero) y el dólar negro en 17,47 bolívares.
Al tipo de cambio lo “manejan cuatro mafias desde Miami para dañarle las navidades, la paz y la tranquilidad al pueblo de Venezuela”, dijo el presidente Nicolás Maduro.
Por ello, es común ver a los restaurantes de Caracas cambiar todos los días los “desprestigiados” bolívares por dólares, esperando conseguir una buena tasa en el mercado negro para no perder en medio de un nuevo período de inestabilidad cambiaria en Venezuela.
Expertos coinciden en que son otros los factores que influyen en esta situación, desde el aumento en el gasto público en agosto, cuando se produjo el primer cimbronazo; los aguinaldos del sector público en diciembre, y la guerra en Ucrania, que ha complicado el cobro en Asia de la sancionada renta petrolera venezolana en divisas.
Pero el fondo del asunto es que “la gente no quiere tener bolívares”, explica a la AFP el economista Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica.
“Los bolívares cambian de mano de forma muy rápida porque nadie los quiere, y eso termina generando que cualquier excedente de bolívares que haya en el sistema haga presión en el tipo de cambio”, explicó.
Eso es lo que ocurre en el restaurante donde trabaja Yeisi Colombo, como mesera. Piden a los clientes no pagar con tarjeta porque el dinero lo recibirían al día siguiente en la tarde “ya todo devaluado”. “Antes de que cambie la tasa hay que ‘fabricar’ los dólares”, explica.
Hablar del tipo de cambio se ha vuelto algo cotidiano entre los venezolanos: la gente dejó de pensar en bolívares y convierte todo a dólares. En un elevador, por ejemplo, un grupo de empleadas de limpieza calculan cuánto va a caer su ingreso cuando cobren su quincena: el sueldo mínimo, que en marzo, cuando se ajustó 1,700 %, equivalía 28 dólares, hoy no llega a 8 dólares por causa de la devaluación del bolívar.