EL VENEZOLANO COLOMBIA | EL PITAZO, POR: CÉSAR BATIZ
A las 12:00 pm sonaron los clacs de las esposas en las muñecas de Alex Saab. El empresario colombiano, nacionalizado venezolano, con ropa beige de presidiario y un moño desordenado de luchador de sumo, caminó casi arrastrando los pies y con los hombros vencidos hasta su celda temporal, donde almorzaría al igual que el resto de los presentes en la sala, solo que él no está en libertad.
Mientras la corte en el edificio Wilkie Ferguson, en el centro de Miami, se vaciaba, en la pantalla del Zoom administrado por el juez Robert Scola, quedaron encendidos los nombres de abogados y funcionarios de la corte, pero también el de alguien más que llegó tarde a la cita.
Camila Fabri de Saab, la esposa de Alex Saab, apareció con una hora de retraso en la sala virtual donde se juramentaron y declararon los testigos de la defensa que intenta demostrar que el empresario, acusado de corrupción por 350 millones de dólares, gozaba de inmunidad diplomática cuando lo detuvieron en Cabo Verde, en junio de 2020.
La jornada inició a las 9:00 am, sin la conexión por Zoom. Saab entró a la sala. Luego lo hizo el juez. En las bancas detrás del acusado se sentaron, como atentos a la homilía, algunas de las personas, residenciadas en EE. UU., que promueven la campaña Free Alex Saab y apoyan a Nicolás Maduro.
El abogado defensor, Jonathan New, presentó los alegatos que se pueden resumir en una frase que él mismo pronunció: “Si parece pato, actúa como pato y grazna como pato, entonces es un pato. El señor Saab fue y es un enviado especial”. Aunque en este punto, también puede estar en discusión qué fue primero: el huevo o la gallina. ¿Fue proveedor del Clap antes que enviado especial?
El asistente del fiscal de los EE. UU., Alex Kramer, se enfocó en señalar la falsedad de los documentos que avalan la inmunidad diplomática de Saab.
Un directo desde Caracas para Alex Saab
Tras esas primeras y rutinarias exposiciones, llegó el momento del pase a Caracas, para la presentación de los testigos de la defensa. La conexión se realizó desde una sala de la Embajada de Suiza en el Country Club de Caracas, sede diplomática escogida para este procedimiento online, porque está cerrada la Embajada de EE. UU.
En el encuadre entró el notario responsable de tomar juramento a los testigos, Luis Alfredo Ramírez, quien no iba a ser interrogado, pero estaba nervioso. Solo respondió a preguntas para determinar su idoneidad para la jura de las tres personas que atestiguaron.
Pero a veces ocurren eventos anecdóticos que hablan más de un país que los grandes sucesos, aunque, atención: en la corte pasaba un gran acontecimiento para Venezuela.
En una nación donde los funcionarios no son interpelados ni enjuiciados y en el que el expresidente Hugo Chávez improvisó su juramentación ante el Congreso Nacional en 1999, difícil esperar el señorío, que nos salve de la pena ajena, en un juramento de testigos que participan en un caso con novedades, como la sala de Zoom, la comparecencia ante un tribunal extranjero y la traducción simultánea.
El señor notario juramentó primero a María González, funcionaria con 30 años de servicio en la cancillería venezolana. “Juro decir toda la verdad sobre la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela”, dijo Ramírez, sin que la voz de la compareciente, sentada en la silla, se escuchara.
«¿Así se juramenta en Venezuela?», preguntó el juez. El notario respondió que sí. Luego mostró una nueva dinámica con el próximo testigo, Juan Carlos Arriechi Granadillo, quien cedió el turno al teniente de navío Freddy Rafael Plathi Figuera. Este último improvisó su propia juramentación, como si el notario no existiera.
La testigo de la gran memoria
María González puede ser la compañera de trabajo de cualquier venezolano, sobre todo si ha ocupado un cargo en la administración pública. Una empleada que parece eterna y fundamental para el funcionamiento de la oficina.
Al presentarse, contó que comenzó a trabajar en el Ministerio de Relaciones Exteriores en marzo de 1993, durante el segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez. Bueno, realmente en los dos últimos meses de esa gestión que terminó con la destitución de Pérez en mayo de ese año.
Hace seis años se acogió a la jubilación prematura, pero pese a que cobró sus prestaciones, según dijo, prefirió quedarse en la cancillería hasta que ella decidiera. En la actualidad es directora de la Secretaría de la Dirección General del despacho del Ministerio de Relaciones Exteriores. Solo para recordar ese nombre tan largo, requiere una memoria entrenada.
Por las manos de González pasan todos los documentos que son firmados por el ministro y el director general del ministerio. “Unos 100, 50 o 200 al mes”, según comentó. Nombramientos de miembros de las misiones diplomáticas y de los enviados especiales. Ella sabe qué va para la Gaceta Oficial y qué solo se archiva en el ministerio.
Aunque la defensa hace poco más de un mes presentó una Gaceta Oficial del 26 de abril de 2018, que demostraba la designación de Saab como enviado especial, González aclaró que ese tipo de información no se publica en la gaceta.
Basta recordar que la Fiscalía de EE. UU. encontró en la biblioteca del Congreso de EE. UU. una copia archivada de la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela de esa fecha, en la cual no aparece tal designación mencionada esa y por última vez por la defensa.
El juez no sabía que en su país se archivan documentos, como la gaceta oficial venezolana. Parece que en el gobierno de Maduro y la defensa de Saab también ignoraban ese dato. No se sienta mal, su señoría.
El fiscal preguntó por la importancia que para el régimen de Nicolás Maduro significa el regreso de Saab a Venezuela. También la interrogó por el levantamiento de la negociación en México en 2021, entre el gobierno de Maduro y el gobierno de Guaidó.
“Considero que el señor Saab fue una persona importante cuando EE. UU. nos impidió el acceso a alimentos y medicinas… Es importante para el gobierno de Maduro tenerlo de vuelta… Aquí nunca ha existido un gobierno de Guaidó”, última afirmación acompañada de risas de los sentados detrás de Saab”.
