El verdadero problema de Colombia | Por: Pablo Jaramillo Arango

➥ El autor es: Estudiante de Doctorado en Estudios Políticos y Jurídicos

Colombia es un país de regiones. La centralización fiscal en Colombia tiene como efecto que las regiones, los departamentos y los municipios, no puedan responder de manera múltiple a las verdaderas necesidades que tienen los territorios. Es cierto que la Constitución de 1991 contiene voluntad política para descentralizar el país y velar por el principio de autonomía que es dado a las entidades territoriales, sin embargo, la realidad es otra. En Bogotá están decidiendo por las regiones desconociendo en muchos casos sus realidades. El proceso de descentralización colombiano es ineficiente, ineficaz e incompleto.

Según el Banco Mundial (2022) Colombia es la nación más desigual de la OCDE y la segunda de América Latina. Solo 8 de 32 departamentos están por encima del promedio nacional en términos de índice de competitividad, en el primer lugar Bogotá con un 98% y en último lugar el departamento del Guainía con 5% ¡Las brechas de desigualdad son absurdas! Los gobiernos locales no cuentan con la autonomía fiscal que es propia por derecho constitucional, sumado a ello, las transferencias de la nación a los gobiernos locales son condicionadas, en otras palabras, el gobierno central transfiere pero condiciona, limita y dirige los proyectos a su interés central.

El gobierno central no puede seguir descentralizando solo las responsabilidades, debe descentralizar fiscalmente el país para que así las regiones puedan suplir sus necesidades particulares. Para proponer algunas soluciones que atenúen el problema, la salud necesita una reforma fiscal que de autonomía real a los departamentos y municipios para resolver las crisis hospitalarias y que así los centros de salud en Colombia sean económicamente viables; al menos 3 puntos del IVA deberían ir dirigidos a las regiones, en particular, a los departamentos; el impuesto futuro que seguramente tendrá el cannabis y las bebidas azucaradas debe recaudarse desde los departamentos como se hace con el impuesto de licores, el impuesto del tabaco y el impuesto vehicular.

Es necesario en Colombia una reforma fiscal que modifique el Presupuesto General de la Nación o una transición al federalismo para que las regiones sean autónomas y competitivas. No puede el Estado desde el nivel central seguir midiendo a Colombia con el mismo racero ignorando lo heterogénea y multicultural que es. Es importante generar un debate en la academia y en la sociedad en general sobre qué es mejor para Colombia y qué es lo mas justo para su población, para que de esta manera, podamos elaborar un plan de acción para sanar a Colombia del cáncer de la centralización fiscal.

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