EL VENEZOLANO COLOMBIA
Charloth estuvo recluida en una cárcel de Valledupar entre octubre de 2019 y junio de 2020. Cuando quedó en libertad, Colombia estaba en cuarentena estricta por la covid-19 y ella estaba en un país ajeno, a kilómetros de su natal Maracaibo, Venezuela, así que trabajó en las calles de Medellín. “En tiempos de pandemia me tocó… hacer muchas cosas”, dijo. Pasó saliva y mientras contenía las lágrimas agregó: “Son cosas que… es difícil recordar”.
Se hospedó en un hotel, buscó un celular para comunicarse y, cuando vio que sería difícil encontrar un empleo, tomó una decisión: “Seguir el trabajo sexual, de nuevo, ejerciéndolo en la calle, telefónicamente, de cualquier manera, para poder sobrevivir. Lo primero que hice fue buscar estabilidad. Al no ser del país y no tener un apoyo de compañeras o familiares, me tocó salir a la nada a pedir auxilio”, recuerda.
Su historia es la de cientos de migrantes venezolanos que pasan por el sistema penal colombiano y, al salir de prisión, quedan a la deriva porque no consiguen trabajo, no tienen cerca a sus familias y se ven arrinconados, nuevamente, a la informalidad que los llevó al crimen.
No tener raíces en Colombia, lo que los jueces llaman “arraigo”, en muchos casos ha sido un obstáculo para que venezolanos que han pasado por el sistema penal accedan a libertad condicional. O ha sido un impulso para que sean enviados a la cárcel mientras son investigados. Charloth quedó en libertad por vencimiento de términos, por eso aún sigue en Colombia, pues debe ir a audiencias y enfrentar un juicio.
Pero no todos tienen el mismo destino. Muchos migrantes no alcanzan ni a celebrar haber recuperado su libertad antes de que los monten a un camión de regreso a su país natal, en una medida de expulsión.
Otros regresan por su voluntad, pues al salir de la cárcel, dicen que en nuestro país la tienen más dura que en Venezuela, a pesar de que enfrenta una crisis humanitaria sin precedentes en Suramérica que ha forzado a 1,8 millones de personas, según ACNUR, a refugiarse en Colombia.
◉ Con información de El Espectador