Los ‘narcosobrinos’ de Nicolás Maduro saldrán de la cárcel de EE. UU. en 2031, es falso que estén en libertad

• Franqui Francisco Flores de Freitas y Efraín Antonio Campo Flores fueron declarados culpables el 14 de diciembre de 2017 de conspirar para importar cocaína a Estados Unidos

EL VENEZOLANO COLOMBIA

Los  sobrinos de Cilia Flores y Nicolás Maduro, conocidos como los ‘narcosobrinos’, Franqui Francisco Flores de Freitas y Efraín Antonio Campo Flores saldrán de la cárcel federal de los Estados Unidos en el año 2031, según revelan los registros de la Oficina de Prisiones estadounidense.

   En varios mensajes publicados en las redes sociales se ha señalado falsamente que los primos Flores estarían en libertad en Venezuela. La información oficial del gobierno norteamericano deja claro que ambos reos, condenados por delitos de narcotráfico, permanecen en la cárcel Federal Correctional Institution (FCI) Coleman Center, ubicada en el estado de la Florida hasta 2031.

 Franqui Francisco Flores de Freitas y Efraín Antonio Campo Flores fueron declarados culpables el 14 de diciembre de 2017 de conspirar para importar cocaína a Estados Unidos.

Los célebres sobrinos de Cilia Flores y Nicolás Maduro, perdieron la apelación interpuesta contra la sentencia en su contra en 2017 por narcotráfico, según se informó oficialmente en agosto de 2020 en un fallo de la Corte de Apelaciones del Segundo Distrito.

La oficina de Prisiones de los Estados Unidos informa en su registro oficial que Efraín Antonio Campo Flores, de 35 años, será liberado en 3251 días, con la fecha [APROXIMADA] del 22 de marzo de 2031 y, Franqui Francisco Flores de Freitas tiene como fecha de liberación el 15 de julio de 2031.

Las fechas que aparecen en las fichas públicas de los presos convictos en los Estados Unidos son aproximadas, ya que las autoridades tienen mecanismos de premios para aquellos condenados que logran beneficios por buen comportamiento, trabajo social, superación y colaboración. En el caso de los sobrinos de Maduro, la defensa dejó claro que no se planteó ni se hará un acuerdo con los fiscales federales [por lo cual hubiesen pasado menos tiempo en prisión].

El caso

 En noviembre de 2017, el juez del Distrito Sur de Nueva York, Paul Crotty, leyó la sentencia que estipuló que Efraín Antonio Campo Flores y Franqui Francisco Flores de Freitas debían permanecer en una cárcel de los Estados Unidos por 18 años, tras haber sido hallados culpables de conspirar para importar y distribuir 800 kilos de cocaína en los Estados Unidos a través de la organización criminal que lideraban.

  El proceso judicial contra Campo Flores y  Flores de Freitas que se realizó en la Corte del Distrito Sur de Nueva York y que duró 25 meses, desde la fecha del arresto de ambos narcotraficantes.  

  La condena de Campo Flores y Flores de Freitas se convirtió en un hito en la historia de Venezuela motivado a que es la primera vez que familiares directos de una pareja presidencial en ejercicio de sus funciones fueron condenados en un tribunal internacional por delitos de narcotráfico. Además de ese elemento, el caso de los conocidos mundialmente como “los narcosobrinos” reveló que la estructura del Estado venezolano tiene vinculaciones con las organizaciones criminales vinculadas al narcotráfico internacional.

 Quienes se dieron a conocer mundialmente como los “narcosobrinos”, protagonizaron un hecho en el que no solamente ellos figuraron, sino que durante la investigación y el proceso judicial llegaron a verse salpicados otros personeros del alto gobierno venezolano, por lo que tal vez pueda preverse un largo camino por recorrer todavía.

  Durante el juicio, se comprobó que los Flores dirigían una organización que mantenía nexos con la guerrilla terrorista colombiana de las FARC, organización que le suministraba los narcóticos que luego vendían a otras organizaciones para ser, finalmente, introducidos en los Estados Unidos.

    El gobierno de los Estados Unidos presentó diversos documentos, grabaciones de audio y video, chats y la propia confesión de los involucrados, como pruebas que sirvieron para establecer la culpabilidad de los Flores y, posteriormente, el juez determinara la pena al analizar los distintos agravantes y circunstancias que rigieron los hechos.

  El juicio a los Flores fue la consecuencia de una investigación que se inició en agosto de 2015 cuando un testigo cooperante de la DEA se comunicó con el entocnes agente especial del organismo, Sandalio González, para informarle que había sido contactado por un alto oficial de la policía científica venezolana que quería que recibiera a sus sobrinos en Honduras, pues estos estaban interesados en entablar negocios de narcotráfico con él. No tenía idea Bladimir Flores, a la sazón Inspector General Nacional del CICPC y hermano de la primera dama, Cilia Flores, que estaba enviando a sus familiares directamente al matadero. Resultó ser que el narcotraficante hondureño, Carlos Leva, mantenía un acuerdo de cooperación con la DEA a objeto de obtener beneficios y rebajas en la pena que él mismo debía enfrentar por narcotráfico.

  Desde entonces tuvo lugar una averiguación en la que participaron el citado testigo cooperante, tres fuentes confidenciales, agentes especiales de la Administración para el Control de Drogas del Departamento de Justicia de los Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés respecto al nombre Drug Enforcement Administration) y el FBI.

  La captura de los Flores se produjo en Haití, donde la DEA obtuvo la colaboración del Bureau de Lutte contre le Trafic des Stupéfiants (BLTS, por sus siglas en francés, a saber, Oficina de Lucha contra el Narcotráfico, en castellano). Posteriormente el gobierno haitiano procedió a la expulsión de su territorio de los Flores a quienes entregó a la DEA para su traslado a Nueva York donde deberían enfrentar los cargos de narcotráfico que se les imputaron.

  En tierra neoyorquina fueron recluidos en el Centro Correccional Metropolitano de Nueva York (MCC por sus siglas en inglés), ubicado a escasos metros del edificio 500 Pearl Street en Manhattan, donde funciona la Corte del Distrito Sur de Nueva York en la que fueron procesados.

  Los abogados defensores de los Flores intentaron todo tipo de acciones para liberar a sus clientes de ser encontrados culpables y, posteriormente, ser sentenciados. Parte de su estrategia. fue presentarlos como las víctimas de una trampa urdida por el gobierno de los Estados Unidos en confabulación con un grupo de informantes de dudosa reputación, que solamente estaban interesados en obtener beneficios y una pena menor por las acusaciones de narcotráfico que enfrentaban. Pese a todos los argumentos de la defensa, la Fiscalía demostró la experiencia y liderazgo de los Flores en las actividades del narcotráfico y otros hechos criminales.

  El gobierno y los entes de justicia de Estados Unidos, tal es el caso de la Oficina de Libertad Condicional, se pronunciaron por la cadena perpetua o una pena no menor a los 30 años, mientras que la defensa de los Flores insistió en su absolución o en la repetición del juicio bajo el alegato de que había incurrido en errores procesales. Una y otra vez repitieron durante todo el proceso, que el de los Flores era un caso de drogas sin drogas y sin violencia.

  Parte de la estrategia de los abogados fue presentar a sus clientes como unos “tontos” y “novatos” que se dejaron embaucar por unos astutos y corruptos informantes de la DEA que solamente requerían de “unos peces gordos” para obtener beneficios y la reducción de sus propias penas de narcotráfico.

  No se equivocaron del todo, puesto que durante el juicio se demostró que CS-1 y CS-2, a saber José Santos Peña y su hijo, mantuvieron actividades de narcotráfico mientras colaboraban con la DEA. De inmediato, la fiscalía procedió a suspender los acuerdos, pero no las pruebas recolectadas por ellos logrando en esto el respaldo del juez Paul Crotty.

  Durante el juicio quedó establecido que los Flores de novatos no tenían nada, toda vez que Campo Flores y Flores de Freitas, además de los hechos de narcotráfico, estuvieron ligados diversos hechos criminales, tales como asesinatos y descuartizamientos, sobornos a magistrados del Tribunal Supremo de Justicia para liberar a otros narcotraficantes, lavado de dinero a través de la estatal petrolera PDVSA, entre otros hechos.

  Por otra parte, todo indica que el caso de los ‘narcosobrinos’ sólo constituye una parte de una gran maraña de actividades criminales en los que estarían incursos otras figuras prominentes de la administración venezolana.

  Los sobrinos de la pareja presidencial venezolana están pagando su condena en el Coleman Center en Florida. 

◉ Con información de Maibort Petit.info

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