Sabor árabe venido de Venezuela

• Apenas llegaron a Venezuela comenzó a buscar trabajo. Tuvieron suerte, pues conocían al embajador del Líbano en Caracas y en una oportunidad este les pidió que se encargaran de preparar una cena para la embajada. De allí surgió la idea de montar un restaurante

EL VENEZOLANO COLOMBIA | AVILA MONSERRATE

A lo largo del siglo XX llegaron a Venezuela diferentes migraciones que no solo se quedaron para siempre, sino que también dejaron huella en el paladar de los venezolanos. Muchos provenían de Europa y el Medio Oriente buscando en nuestro país un lugar amable y estable dónde rehacer sus vidas. Venían huyendo de la tragedia o el infortunio de sus lugares de origen y pudieron aprovechar la apertura internacional y sin prejuicios que ofrecía Venezuela en aquel momento.

Es el caso de la familia de Paul Dagher Kahi, uno de los propietarios del restaurante árabe Au Za’atar, junto a la también venezolana Ana Arango, ubicado en el centro comercial Hacienda Santa Bárbara, en pleno Usaquén, al norte de Bogotá.

“Yo soy libanés completo” dice Dagher. Y comienza a contar el recorrido de su familia desde el Líbano hasta Venezuela, donde, antes de migrar a Colombia recientemente, vivieron duran 45 años de sus vidas.

Al principio se trasladaron a Francia, esperando que la guerra en su país terminara. Pero esta duró dieciocho años más, por lo que su mamá decidió enrumbarse hacia Venezuela, donde ya tenían familiares. Apenas llegaron, comenzó a buscar trabajo. Tuvieron suerte, pues conocían al embajador del Líbano en Caracas y en una oportunidad este les pidió que se encargaran de preparar una cena para la embajada. De allí surgió la idea de montar un restaurante. El primero fue Alba en Las Mercedes, con su mamá y su tía al frente. Luego vino El Rincón del Medio Oriente, en El Rosal; y más recientemente, el Fenicia en Los Palos Grandes. Como se puede apreciar, una tradición culinaria libanesa en territorio venezolano de más de 45 años.

Pero Paul Dagher no se vino solo a Bogotá. Ya el cocinero de los restaurantes de la familia desde hacía casi cuarenta años, el señor Rosario, había migrado hacia acá. Había arribado a Venezuela desde Perú, a sus 19 años. Y ahora también a él le había tocado migrar de nuevo. Estando aquí le propuso a Dagher que emprendieran juntos un negocio. Y así lo hicieron. No solo uno, abrieron tres restaurantes, pero la pandemia, como a tantos, los obligó a cerrar y actualmente solo tienen el Au Za’atar. “Y nos va bastante bien”, agrega Dagher.

Entre los principales platos del restaurante se encuentran los shawarmas, las populares cremas de berenjena, pimentón y garbanzos; los tabaquitos de hoja de parra, de acelga y de repollo rellenos de arroz y carne, y arroz y garbanzo; los famosos choricitos de cordero, que son el embutido ideal para acompañar los tragos. Y otras delicias que incluyen diferentes arroces; el tabule, la ensalada emblemática árabe; y sus deliciosos postres, entre los que resalta el baklawa, preparado con masa filo, miel, pistachos o almendras. Por cierto que el término Za’atar se refiere a una popular mezcla de especias que se utiliza en la cocina árabe.

Allí, en el Au Za’atar todos los platillos tiene el más exquisito sabor árabe. O, mejor dicho, todos tienen el más exquisito sabor árabe-venezolano. ¡Provoca permanecer sentados en la mesa por largo rato, como acostumbran a comer los árabes!

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