EL VENEZOLANO COLOMBIA. BBC MUNDO
La frontera entre Chile y Bolivia está en una zona a más de 3.600 de altitud. Allí no es raro que los termómetros caigan a cero en octubre.
«Allá hay bolsos botados, comida botada porque el aire, la tierra asfixia. Entonces lo que uno decide es renunciar a lo que uno trae», dice Carolina, una inmigrante venezolana.
Pero ni las temperaturas extremas ni mucho menos la pandemia de covid-19 han detenido el flujo de migrantes.
Colchane es solo el punto de partida ya que muchos migrantes tienen como meta final llegar a Santiago. La segunda parada de su periplo es la ciudad de Iquique, de cerca de 200.000 habitantes, a 1.758 km de la capital.
Al no encontrar oportunidades laborales ni la posibilidad de regularizar su situación migratoria, muchos de los extranjeros terminan viviendo en las calles, en precarias condiciones.
Y esto ha generado roces con la población local.
En este reportaje especial, venezolanos y chilenos nos cuentan como enfrentan este fenómeno migratorio.