EL VENEZOLANO COLOMBIA | PORTAFOLIO
Los supermercados del país tendrán señalado el 2020 con el año de una reducción notoria de los robos en sus almacenes.
Ascendieron a $112.000 millones, 51% menos que en el 2019 De ese total, unos $38.000 millones correspondieron a robos cometidos por funcionarios o empleados y $73.000 millones, a robos externos.
En ambos casos, funcionan grupos de delincuentes que afectan las grandes cadenas. Ese valor es el 20% de la merma (disminución del inventario) que sumaron cadenas y supermercados.
“La cifra es considerable y esperamos que este año cuando vuelve la reactivación no se vuelva a incrementar”, dijo el presidente de la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, Jaime Alberto Cabal.
El panorama sobre los robos al comercio se muestra en el Censo Nacional de Mermas realizado por la firma consultora We Team, con el apoyo de Sensormatic, presentado ayer en Góndola, el evento organizado por Fenalco en Cartagena y que reúne a los representantes del retail del país.
Los casos también bajaron, en el periodo enero- diciembre de 2020 se registraron 32.104 casos de robo en las grandes superficies, una reducción de 78% frente al 2019 en condiciones normales. El presidente de Fenalco explicó que en esta edición del censo se amplió el top 10 a un top 15, para poder evidenciar con mayor claridad el comportamiento de los artículos más vulnerados.
En este listado, dijo, permite ver cómo el fenómeno es consistente en artículos de baja protección, pero también impacta a aquellos productos que son atractivos para revender en el mercado negro.
El primer producto blanco de la delincuencia son las golosinas que están en las minigóndolas, seguidas por los licores, y el atún/enlatados.
Luego, según el Censo, aparecen gaseosas, productos cárnicos / Carnes frías, leches, granos (lentejas – arroz), cuchillas de afeitar, artículos de aseo personal, digitales (Electrónicos), galletería, droguería / OTC, carnes frías, ropa en general y carros Hot Wheels.
EL ANÁLISIS
“En general, todos los controles biosanitarios impulsaron un modelo “temporal” que complicó el accionar de las bandas y de los ladrones ocasionales, ayudando a minimizar el impacto de los robos”, afirmó Jaime Alberto Cabal.
Por su parte, Leonardo López, director de Investigaciones de We Team, explicó que la acción de los delincuentes se centró en los establecimientos de formatos pequeños, al tiempo que indicó que los amigos de lo ajeno mantuvieron la creatividad a la hora hurtar en los almacenes.
De todas maneras, las bandas delincuenciales se vieron más expuestas.
Los controles cotidianos dificultaron su accionar, y no lograron encontrar medidas que les permitiera mantener un buen flujo de mercancías robadas, apunta el Censo revelado ayer por Fenalco.
Sobre las modalidades de robo externo más detectadas, el estudio destaca que el 61% fue protagonizado por bandas y otro 39% fue de manera individual.
Llevar la mercancía camuflada en ropa o maletines, los productos que salen pero no se facturan, el consumo de alimentos en las tienda, la complicidad externa y los fraudes electrónicos son las que más se destaca.
En el caso de los robos internos, generado por empleados de las cadenas, el 71% corresponde a acciones individuales y otro 29% a casos de grupos organizados para delinquir.
Al igual que en los robos externos, las acciones que más se presentan tienen que ver con mercancía camuflada en ropa o maletines, mercancía que sale pero no se factura, complicidad externa, consumo en la tienda de alimentos y fraudes electrónicos.
También se detectan casos de mercancía que no entra pero se factura, ponerse ropa del almacén, cambio de códigos, complicidad del personal de seguridad, fraude informático y ocultar mercancías en otras mercancías.
DESPERDICIOS DE COMIDA, TAMBIÉN A LA BAJA
Los desperdicios de alimentos en Colombia mostraron una reducción en su participación del fenómeno de la merma operativa, pasando del 26% al 22%. Según el censo, la pandemia, generó nuevos comportamientos en el proceso de compra de las cadenas.
El consumidor, al estar expuesto a varias restricciones, también contribuyó a minimizar el fenómeno.
El retail bajó en 11% las toneladas que se desperdiciaron, algo positivo para las cadenas. El fenómeno se redujo en la comercialización, pero es posible que los hogares, por sobre compra, pudieran generar más desperdicio.
La coyuntura – más pobreza- y la baja donación a bancos de alimentos debe generar una reflexión, dice el estudio.