La pandemia generó en 2020 un derrumbe sin precedentes de los flujos de migración» hacia los países de la OCDE, «poniendo fin a diez años de mejora» para los inmigrantes en el mercado de trabajo, anunció el jueves esta organización internacional.
«La crisis del covid-19 provocó la caída más fuerte jamás registrada de los flujos migratorios en los países de la OCDE, de más del 30%«, escribe la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en su informe anual sobre migraciones.
Todas las categorías de inmigración cayeron el año pasado, en el que 3,7 millones de personas llegaron a los 25 Estados miembros de la OCDE, la cifra más baja desde 2003.
La caída podría haber sido aún más pronunciada, según las estimaciones preliminares presentadas por la OCDE: «La baja de los flujos de inmigración superó el 50% si no se toma en consideración los cambios de situación», que puede hacer aparecer administrativamente a una misma persona dos veces.
Estados Unidos, que se mantiene como el primer país de inmigración de la OCDE, registró en 2020 576.000 nuevas llegadas, una caída de 44% con respecto a 2019. En 2020, los venezolanos representaban algo más del 30% de la población extranjera radicada en Chile, que en 2019 registró la llegada de 13.000 personas de esa nacionalidad, indicó la OCDE.
En Colombia, los inmigrantes venezolanos representan 93% del total mientras que en España –con un población extranjera en torno al 15% del total– marroquíes, rumanos, colombianos y venezolanos representan la mayoría de inmigrantes.
Entre los cinco principales países de destino de la OCDE, Francia registró la baja menos sensible (-21%), con 230.000 «nuevos inmigrantes», según la OCDE.
Las migraciones familiares, tradicionalmente primer motor de los desplazamientos, registraron el descenso «más importante» con un 35% de disminución.
TRABAJADORES TEMPORALES
Aunque las migraciones de trabajo temporal han disminuido con fuerza en la mayoría de los países, una categoría de inmigración aparece como excepción en 2020, pues contiene su descenso: se trata de los trabajadores temporales agrícolas, cuyos desplazamientos apenas se redujeron en 9%.
En la mayoría de los países ricos, los sectores de las cosechas y de la agricultura siguieron atrayendo a esta mano de obra que se revela esencial incluso en tiempos de crisis sanitaria.
En Estados Unidos (213.000 temporeros) y en Polonía (137.000), esta inmigración aumentó incluso en 2020. La OCDE, que puede en este informe medir por primera vez el efecto de un año completo de la pandemia sobre las migraciones, considera que el «covid-19 ha puesto fin a diez años de mejora continua de la situación de los inmigrantes en el mercado de trabajo».
En promedio, más de dos tercios de los inmigrantes tenían un empleo en 2020, un descenso interanual del 2%.
Según Jean-Christophe Dumont, jefe de la división Migraciones de la OCDE, «los inmigrantes forman parte de las poblaciones más vulnerables ya que están concentrados en los sectores más afectados» por la crisis «como la hostelería».
