El pasado viernes 2 de julio de 2021 fue detenido en la ciudad de Coro el Dr. Javier Tarazona Sánchez, junto a su hermano el ingeniero Rafael Tarazona Sánchez y del Dr. Omar de Dios García, representante para el estado Falcón de la ONG FundaRedes.
La forma como se produce el secuestro de estos luchadores por la dignidad de la persona humana y por la democracia de nuestra nación, muestra de cuerpo entero, una vez más, la naturaleza autoritaria y criminal de un régimen político empeñado en superar, en cada acción, su récord de violencia institucional y de violación de los más elementales derechos de los ciudadanos.
El valiente y exhaustivo trabajo de investigación, documentación y denuncia de la forma como el chavomadurismo ha convertido el territorio venezolano en el refugio seguro de las bandas terroristas de la guerrilla colombiana, los ha llevado a una operación para silenciarlo y castigarlo.
Lo cierto es que la camarilla roja no soportó más la intensa y valiosa lucha que la organización no gubernamental FundaRedes, bajo la conducción de Javier, ha desplegado para defender la integridad de nuestro territorio, la paz de nuestra frontera y los derechos humanos de los ciudadanos que la habitan.
La reciente confrontación en el Alto Apure donde se enfrentaron dos grupos en pugna de las FARC, y donde nuestras fuerzas armadas y nuestros campesinos llevaron la peor parte, colmaron la paciencia de la camarilla gobernante.
El abierto contubernio entre el gobierno “socialista y revolucionario” y la guerrilla de las FARC y el ELN ha sido proclamado en discursos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Chávez solicitó el 12 de enero del 2008 que no se les califique como grupo terrorista, sino como un ejército insurgente.
Maduro recientemente, el 28 de julio de 2019, envió un mensaje en evento público, desde el mismo Palacio de Miraflores, a Iván Márquez y Jesús Santrich, donde les daba la bienvenida en Venezuela.
De modo que, si a alguien hay que juzgar por promover, amparar y apoyar el terrorismo es al mismísimo Nicolás Maduro, y no a un valiente e insigne educador como Javier Tarazona. Se trata de un luchador de gran calidad humana.
Formado bajo los principios de la doctrina social de la iglesia y en la escuela de la democracia cristiana. Asumió su compromiso con los derechos humanos desde sus tiempos de estudiante de bachillerato en el Liceo Pedro María Morantes de San Cristóbal. Allí nació su ONG.
Allí comenzó a darle forma a una herramienta de lucha con la que ha puesto en práctica las enseñanzas recibidas en su hogar y en su escuela académica y política.
La lucha librada no le ha apartado de su vocación por el estudio y por la docencia. Al contrario, ha profundizado en su formación para cumplir de forma más eficiente su amor a la justicia. Es un maestro que estudia enseñando cada día. Su amplia cultura, su disciplina lo ha llevado, en el campo académico, no solo al nivel de la licenciatura, sino al doctorado en educación.
Niveles a los que no logran llegar la camarilla de bellacos que hoy embriagados con el poder, le envían un pelotón de sus esbirros para someterlo y privarlo de la libertad.
Conociéndolo como lo conozco sé que no lo van a arrodillar. Lo podrán tener encerrado, pero su espíritu y su inteligencia están hoy más firmes y claros que nunca, en lo que constituye su compromiso de luchar por devolver a nuestro pueblo la dignidad y el decoro que le ha sido sustraído.
Aunque el aparato de publicidad del régimen se empeñe en desacreditarlo, de presentarlo como agente colombiano o de la CIA, como vocero de una supuesta derecha tenebrosa, lo cierto es que todo el país entiende que se trata del mismo agotado libreto cubano de guerra sucia contra los adversarios, que ni ellos mismos la creen.
Lo cierto es que, como ya es costumbre, la camarilla roja decidió incrementar la lista de presos políticos ordenando la captura, además de Javier, de su hermano Rafael Tarazona, así como del joven abogado falconiano Omar de Dios García.
Ambos amigos, jóvenes y prometedores profesionales comprometidos con la democracia, la dignidad de la persona humana y con la sufrida nación venezolana.
Rafael Tarazona es un ingeniero electrónico residente en Caracas donde trabaja para una importante empresa internacional de telecomunicaciones. Profesional apegado a su trabajo y al deporte. Su delito haber viajado a Coro para acompañar a su hermano
Omar de Dios García es otro joven de elevarlas virtudes humanas. Abogado y dirigente social y político en Falcón, estrechamente vinculado a la Arquidiócesis de Coro, donde colabora como laico con la misión social de la iglesia local.
Su labor ha estado orientada a defender los derechos de los “balseros venezolanos”, los miles de compatriotas que por nuestras costas se lanzan al mar para huir de la tragedia generada por el socialismo del siglo XXI.
Estos son los jóvenes luchadores a los que Maduro ordenó encarcelar, violando las más elementales reglas del debido proceso. La letra del artículo 49 de la Constitución les importa nada, tanto a Maduro como a Tarek Williams Saab, quien en una época aparentaba defender los derechos de las personas, y hoy se ha convertido en el verdugo de los luchadores de nuestro país.
A los líderes de FundaRedes, según informa los voceros de la dictadura (por ejemplo, la cuenta @LaTabla en Twitter) se les adelantó una investigación en la Fiscalía 95. Investigación que jamás se les notificó, como lo exige el texto constitucional.
Se les detiene de forma arbitraria. No estaban en la comisión de ningún delito, por lo tanto, no existía la situación de flagrancia que exige la ley para una detención sin previa información de la investigación en marcha.
Una vez detenidos se les incomunica. Se les niega hablar con su familia y con sus abogados, con lo cual crece la violación de sus derechos. Y para completar la arbitrariedad se les presenta en tribunales negándoles el derecho a seleccionar los abogados de su confianza para la defensa.
Se les asignan defensores públicos de presos. Es decir, la cúpula roja les asigna el fiscal, el juez y el defensor. Todos funcionarios dependientes de sus instituciones.
Después se quejan de los informes condenatorios de la ONU y de la OEA por la criminal conducta que adelantan en el ejercicio del poder, violentando los derechos fundamentales de nosotros, los ciudadanos de esta sufrida patria venezolana.
Definitivamente Maduro y Diosdado son guapos para enviar un contingente policial a apresar a unos ciudadanos pacíficos y desarmados, cuyo único delito es denunciar las tropelías de su régimen y defender los derechos humanos, pero son cobardes a la hora de someter a la ley a las bandas criminales que, en diversos sitios del país, incluso a pocos kilómetros de Miraflores, matan y vejan a nuestro pueblo.
Esta conducta abusiva, arbitraria e inmoral de la camarilla roja no nos debe paralizar o desmoralizar. Al contrario, debemos perseverar en la lucha. Van a tener que convertir las instalaciones deportivas en cárceles para llevarnos a todos los ciudadanos que expresemos nuestra profunda indignación por tanto abuso y tropelía.
El mejor respaldo que podemos ofrecer a los luchadores de FundaRedes es perseverar en la lucha por el rescate de la democracia.
Ahora más que nunca debemos ejercer nuestra condición de ciudadanos. Ahora más que nunca debemos alzar nuestra voz, repudiar al régimen opresor y adelantar las acciones que la Constitución nos ofrece para sacarlos del poder.
Por esas razones es que hemos definido como nuestra prioridad, en el campo político, trabajar la preparación del referéndum revocatorio para expulsar de Miraflores con los votos ciudadanos, al responsable principal de esta tragedia: Nicolás Maduro.