«Haití está a escasos metros de una situación como la de Ruanda»

A pocos días del asesinato del presidente Jovenal Moïse, el titular de la Confederación de Trabajadores del Sector Público y Privado, Golinsky Fatal, calificó el magnicidio como "un golpe" y alertó sobre el "riesgo" de que "la ira de la población" genere en los próximos días fuertes enfrentamientos

EL VENEZOLANO COLOMBIA | TÉLAM

El titular de la Confederación de Trabajadores del Sector Público y Privado (CTSP) de Haití, Jean Golinsky Fatal, advirtió que su país está a «escasos metros de una situación como la de Ruanda en los 90» -cuando un enfrentamiento entre etnias terminó con un genocidio y cientos de miles de muertos en esa nación africana- y culpó a la comunidad internacional por «tomar a los haitianos como idiotas, imbéciles o niños» que no pueden decidir por su cuenta.

A pocos días del asesinato del presidente Jovenal Moïse, Golinsky Fatal consideró que el mandatario parece haber sido «víctima de una traición de su familia política», calificó el magnicidio como «un golpe» y alertó sobre el «riesgo» de que «la ira de la población» genere en los próximos días fuertes enfrentamientos.

El dirigente es titular de la CTSP, que agrupa a sindicatos de la educación, la seguridad social, la salud, los seguros de vehículos, textiles, alimentación, transporte, construcción y electricidad, entre otros sectores.

En un país donde la informalidad laboral es casi regla, la entidad tiene 33.000 afiliados, e integra la Confederación Latinoamericana y Caribeña de Trabajadores Estatales (CLATE), la de Servicios Públicos Internacionales (ISP), la Confederación Sindical de América (CSA) y la Confederación Sindical Internacional (CSI).

Estos son los tramos salientes de la entrevista que Golinsky Fatal concedió a Télam desde Puerto Príncipe:

¿Cuál es el primer análisis que hace de la situación después del magnicidio?

Golinsky Fatal: El asesinato de Moïse se da en un contexto de violencia generalizada, en el que las bandas armadas se están afianzando en el país. No tienen jefes. Y como ni la Policía ni el Gobierno controlan la situación, la gente pierde las esperanzas. Ningún sector de la vida nacional tenía confianza en Moïse. La población lamenta la forma en que se fue el presidente. Vivimos una situación confusa porque la ciudadanía no está feliz por el asesinato, pero a la vez está algo conforme con el hecho de que Moïse ya no esté en el poder.

¿Quién cree que se beneficia con el crimen?

GF: Moïse parece ser víctima de una traición de su familia política. Digamos que esto fue un golpe. Y el gran beneficiado es Claude Joseph, que hasta se mostró algo feliz de asumir el interinato. Y él dijo que garantiza la gobernabilidad. Pero nada está claro porque la información es escasa y confusa.

¿Puede pensarse que el asesinato fue un asunto interno del Gobierno?

GF: Todo apunta a que el presidente de facto Moïse quiso en su momento traicionar al expresidente Michel Martelly y el equipo de Martelly estaba furioso con su conducta. Moïse era un campesino y muchos dicen que estaba vinculado al negocio de la cocaína. Y que por eso llegó a la política, de la mano de Martelly. Pero después quiso alejarse de él, funcionar sin Martelly. Y eso generó enojo. Fue un comando, obvio. Pero la palabra del Gobierno no es clara.

En su opinión, ¿qué medidas se deben tomar para una salida institucional?

GF: La Constitución de Haití dispone que en casos así la Presidencia la asumiera el titular del Senado hasta el nombramiento de un nuevo mandatario por parte de la Asamblea Nacional (diputados más senadores). Pero en enero de 2020 terminó el mandato de los diputados y Moïse declaró que también terminó el mandato de dos tercios de los senadores. Hay apenas 10 senadores sobre 30, así que el Parlamento no funciona. (Un día después de la entrevista estos 10 senadores proclamaron al titular de esa cámara como presidente interino)

El segundo escenario es el que defiende el primer ministro Ariel Henry, que fue nombrado primer ministro por Moïse. No asumió, pero tiene el acta oficial de su designación. Y Joseph es primer ministro de facto, pero tiene el apoyo del Core Group (países y organizaciones que monitorean el sistema haitiano: Estados Unidos, UE, Brasil, Francia, España, Canadá y la OEA, entre otros), que decide por todos los haitianos. Joseph fue primer ministro interino y no un jefe de Gobierno regular. No puede actuar como tal.

La última opción sería el presidente de la Corte Suprema. Pero lamentablemente murió de coronavirus.

¿Qué rol esperan de la comunidad internacional?

GF: La comunidad internacional es responsable también de esta situación. El pueblo tiene como enemigo al Core Group, que apoyó ciegamente a Moïse. Estamos a escasos metros de una situación como la de Ruanda en los 90. Y las potencias extranjeras serán responsables porque toman a los haitianos como idiotas, imbéciles o niños, al decidir su suerte. Quieren tomar las decisiones en lugar de los propios haitianos. Solo una movilización de la población puede salvar al país. Hay riesgo de que la ira de la población en los próximos días pueda causar víctimas y daños materiales.

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