El 42% de 82,4 millones de desplazados en el mundo son niños y niñas

◉ En un contexto de pandemia, donde los países pobres albergan al 86% de los refugiados, los derechos básicos de los menores corren el riesgo de no recibir atención

EL VENEZOLANO COLOMBIA | FRANCE 24

El más reciente Informe Global de ACNUR sobre el desplazamiento en el mundo durante 2020 revela que el 42% de las personas que huyeron de sus hogares fueron niños y niñas.

Los datos sobre la migración de menores en el mundo son preocupantes.

Los niños y niñas son población extremadamente vulnerable y su situación merece especial atención. Miles vivieron el desplazamiento cuando eran muy pequeños y otros, alrededor de un millón, nacieron en calidad de refugiados, lo que podría llevarlos incluso a permanecer toda su vida en el exilio.

A México, durante los tres primeros meses del año, llegaron casi 3.500 menores provenientes, en su mayoría, de Centroamérica. Allí son muchos los que esperan junto a su familia una respuesta de Estados Unidos a sus solicitudes de refugio. Pero mientras eso pasa, los niños y niñas están sin escuela.

ASILO PARA MENORES

Para responder a esa falta de educación, Sidewalk School contrató a profesoras solicitantes de asilo, que enseñan a menores en la misma condición.

Alma Beatriz Serrano es una de las docentes. «En Honduras yo me desempeñaba dando clases frente a frente con los niños. Nunca nos imaginamos llevarnos esta experiencia de estar así vía teléfono, Zoom en este caso, porque no es lo mismo estar frente a la pantalla de un teléfono que estar frente a un niño. La verdad es que es bastante difícil. Pero a medida que pasa el tiempo, uno se adapta», agrega.

Una singularidad que preocupa a las docentes es que hay niños mayores que aún no saben sumar, leer o escribir, competencias básicas para su edad.

Con la ayuda de 300 tabletas, Sidewalk School llega a 700 jóvenes de 4 a 18 años, en nueve ciudades fronterizas en México.

Y a kilómetros de América, en Jordania, una contadora de historias busca, a través de cuentos, retratar la realidad del campamento de refugiados de Zaatari y entregar a los niños una visión de su realidad, que incluye problemas, pero también soluciones. Asma Rasheed es refugiada y realiza trabajo social con los menores a través de la narración oral, una tradición en su natal Siria.

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