Venezolano en Barranquilla: “Trabajo todo el día para salir adelante”

Adrián Freites es un joven de 22 años quien nos cuenta su testimonio de vida con motivo de el Día Internacional del Trabajador

EL VENEZOLANO COLOMBIA | Miguel Ángel González

Barranquilla.- “Vecina el pan, pancito, pancito, Panadería Valparaíso a la orden”, así anuncia con un grito repetitivo, el joven Adrián Freites de 22 años, con  una voz que resuena en las casas de los sectores de Barrio Abajo en Barranquilla.

Freites es un ejemplo de superación y valentía de la juventud migrante venezolana. En la conmemoración del Día Internacional del Trabajador, nos cuenta su testimonio de vida donde resalta el esfuerzo diario para mejorar su estabilidad socioeconómica y la de su familia.

“Mi trabajo empieza en la panadería en la mañana, empacando el pan, preparando el que me voy a llevar en la tarde para poder ser vendido. Comienzo mi labor a las 3:00 de la tarde y termina a las 9:30 de la noche. Mi meta es vender todo el pan necesario que tengo acá”, dice Freites mientras muestra las siete canastas repletas de la mercancía.

Sus pasos son acelerados en un pavimento abrasivo que no le impide detener el ritmo y entusiasmo de su faena cuando empuja la carreta con su cargamento de panes dulces y salados por las calles cercanas al estadio de béisbol Édgar Rentería.

“Me ha tocado duro, me ha tocado duro incluso duré como dos meses desempleado. En el 2020, no tenía trabajo ya que habían cerrado todos los negocios; entonces la panadería también le tocó cerrar y me quedé sin trabajo por el Covid”, resaltó el venezolano.

De Coro a Barranquilla

El joven es oriundo de la ciudad de Coro en el estado Falcón y por su trabajo diario no tiene fecha precisa de su llegada a Barranquilla, pero estima que fue hace casi tres años.

En el departamento Atlántico hay más de 100 mil migrantes venezolanos.

En la capital del Atlántico Adrián vive con su esposa Chirly Santos, quien también labora en la misma panadería haciendo similar recorrido para vender los panes. Esta pareja de jóvenes son Técnico Medio en Agropecuaria, egresados del liceo Fe y Alegría en Falcon. Ambos logran distribuir sus horarios para criar a su pequeño hijo Miguel Ángel de tres años.

“Trabajo todo el día, en la noche llego a la casa. Me toca simplemente trabajar para salir adelante. No hay más nada que hacer”, advirtió en una labor de más de seis horas.

Vender el pan con las medidas de bioseguridad

“Los ciudadanos aquí de los barrios están contentísimos, alegres, porque por lo menos no somos personas flojas sino al contrario le llevamos el pan a las casas y le ahorramos a esas personas que salgan a exponerse con el Covid”, dijo mientras acomodaba la mercancía en las cestas.

Freites explica que cumple con todas las medidas de bioseguridad para llevar el pan a las casas de sus clientes. “Todos están encantados y alegres con el pancito”.

“Ser migrante se siente bien mientras estemos haciendo el bien. Tenemos que trabajar y no quedarnos achantados sin hacer lo malo. Trabajo hay lo que hay es que buscarlo”, recomendó a los connacionales para buscar alternativas laborales en estos tiempos de pandemia donde la situación se torna más complicada para tener una oportunidad de empleo.

 

Leyenda:

Video: El joven migrante venezolano, Adrián Freites da su testimonio de vida | Fotos: Miguel Ángel González.

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