En Colombia, han pasado ya 7 días de protestas, alteración sistemática del orden público, violencia que ha dejado afectaciones serias en ciudades claves como Medellín, Cali y Bogotá. Desmanes y parálisis de la actividad productiva, ha sido el lamentable resultados, además de heridos y fallecidos.
Frente a este escenario, muchos se preguntan: ¿Lo que ha ocurrido es casualidad, espontáneo o es parte del plan de la dictadura de Venezuela y del Foro de Sao Paulo? Y nuevamente, viene a mi mente esta realidad de que estamos siendo llevados a la desestabilización y justamente en donde los gobiernos locales son de línea populista y de izquierda.
Colombia se convirtió en una necesidad para el nuevo socialismo y así lo ha hecho saber el régimen venezolano, en voz de sus más radicales voceros, Jorge Rodríguez, por ejemplo, quien en 2020, con su cara muy lavada le dijo al mundo que estaban infiltrando la fuerza pública en el país, con la intención de recabar información, lo que llevó a identificar y expulsar a más de 29 agentes del FAES y el SEBIN en Colombia, quienes tenían la misión de atacar a dirigentes de oposición venezolana en en este país y alterar el orden público, infiltrando manifestaciones, según lo dicho por Migración Colombia y el Ministerio de la Defensa colombiano.
Así operan
Estos agentes, de alto rango, pertenecientes a la división de inteligencia, en San Cristóbal, Estado Táchira, pasaban la frontera sin ser detectados: contaban con la Tarjeta de Movilidad Fronteriza, que les permitía pasar por las trochas, y fue su constante ida y vuelta lo que despertó sospecha de las autoridades, quienes los identificaros y deportaron.
¿Dígame usted, tiene alguna duda, después de ver los videos de manifestantes armados hasta los dientes? O después de escuchar a Diosdado Cabello, el líder del Cartel de los Soles amenazar a Colombia con generar una guerra en su propio territorio, hasta entender que los líderes de la Colombia Humana o ProFARC, manejan una línea discursiva que busca el desarme y control de la policía, para así poder intensificar los actos de destrucción y vandalismo de los que culpan al gobierno del Presidente Duque, o del gran apoyo brindado por Maduro a Iván Márquez y Jesús Santrich quienes se resguardan en Caracas.
Y me atrevo a decir más, todo esto se puede triangular, y sabiendo cómo opera esta banda criminal que ocupa el poder el poder en Venezuela, es aliada de las FARC y viven del narcotráfico, no me queda duda alguna que parte de los lineamientos para la desestabilización del país salen de la embajada Cubana en Bogotá, liderada por José Luis Ponce, su embajador, a quien y después del cierre de los consulados venezolanos en país se le reporta cada movimiento y acción a seguir.
«Colombiano te lo digo, debemos tener los ojos muy bien abiertos en el 2022, la mafia chavista y cubana no descansa, esta gente cuenta con recursos ilimitados, y lejos de la preocupación que pueda tener el país por su situación económica y social, bien argumentada por un año de pandemia, no podemos permitir que la izquierda radical, el socialismo chavista y el foro de Sao Paulo tomen el poder político de Colombia, sería el fin de la democracia, el inicio de más hambre, miseria y destrucción, para Colombia y Latinoamérica».
Y esto no es una novela, no son argumentos vacíos, los venezolanos estamos curtidos de esto, vemos de cerca hoy en Colombia a la Venezuela del 89 que fue llevada a elegir mal y por última vez hasta hoy. ESTAMOS ALERTAS.
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