Justificado rechazo han causado las recientes declaraciones de la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, sobre la responsabilidad de los inmigrantes venezolanos en la seguridad de la capital del país. Si bien es innegable la participación de nacionales del vecino país en actos delictivos en Bogotá y en otras partes de Colombia, señalarlos como un colectivo raya en la xenofobia.
Este debate se está dando a pocos días de la decisión del gobierno de Estados Unidos de otorgar un estatus de protección temporal a los migrantes venezolanos en territorio norteamericano. Medida similar a la implementada por el presidente Iván Duque hace unas semanas y que configura una ruta hacia la normalización de un millón de inmigrantes.
Bogotá y el resto de ciudades necesitan un debate propositivo sobre las políticas de seguridad urbana que devuelvan la tranquilidad a los ciudadanos
Es innegable que la percepción de la migración desde Venezuela en Colombia ha venido deteriorándose en los últimos meses. De acuerdo a la más reciente encuesta de Invamer el 66 por ciento de los colombianos está en desacuerdo con la entrega de permisos temporales por parte del Gobierno Nacional. El 24 por ciento de los encuestados está de acuerdo con que los venezolanos hayan llegado a Colombia para quedarse y el 72 por ciento quiere mantener las fronteras cerradas.
No sobra recordar que los migrantes traen beneficios a la economía nacional porque, además de generar costos en atención social, también aumentan el consumo. Según estimaciones de Fedesarrollo, los migrantes podrían aportar 0,1 puntos porcentuales de crecimiento económico adicional al país.
Según estimaciones de Fedesarrollo, los migrantes podrían aportar 0,1 puntos porcentuales de crecimiento económico adicional al país
Bogotá y el resto de ciudades necesitan un debate propositivo sobre las políticas de seguridad urbana que devuelvan la tranquilidad a los ciudadanos. Apuntar a los venezolanos es desviar esta urgente discusión de política.