Recibimos con beneplácito la decisión del gobierno de EEUU de aprobar el Estatus de Protección Temporal (TPS por sus siglas en inglés) para los venezolanos que residen actualmente en esa nación.
Nuestro país no está en guerra, pero como bien lo dijo el Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro N. Mayorkas “las condiciones de vida en Venezuela revelan un país en crisis, incapaz de proteger a sus propios ciudadanos”.
Según datos de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), al menos 5,4 millones de venezolanos han huido buscando mejores condiciones de vida y, de esta cantidad, unos 300 mil de ellos que se encuentran en EEUU, podrían recibir el beneficio del TPS.
300 mil compatriotas que desde ayer pueden dormir tranquilos en ese país, porque saldrán de la oscuridad sin miedo a la deportación y con posibilidades de construir un futuro, con oportunidades de trabajo y crecimiento.
“Es en tiempos de circunstancias extraordinarias y temporales como estas, que Estados Unidos da un paso al frente para apoyar a los nacionales venezolanos elegibles que están actualmente presentes en Estados Unidos mientras su país de origen busca recuperarse de las crisis actuales”, afirmó Mayorkas.
Es en tiempos de circunstancias extraordinarias y temporales como estas, que Estados Unidos da un paso al frente para apoyar a los nacionales venezolanos
DURO GOLPE A MADURO
Sus palabras son un duro golpe para el régimen venezolano pues ponen de manifiesto que la línea de pensamiento del gobierno americano sigue intacta y que se mantiene firme la voluntad de ayudar a los venezolanos a lograr que se instaure nuevamente el ideal democrático en nuestro país.
Esta decisión acompaña a la ya decretada por el gobierno de Iván Duque en Colombia. Ojalá otras naciones sigan este ejemplo y dejen a un lado la persecución y la xenofobia y acojan con brazos abiertos a la gran masa de venezolanos – la mayoría hombres y mujeres de bien- que camina por las carreteras suramericanas en busca de un futuro mejor. Nuestros compatriotas no enfrentan por gusto los peligros de lo desconocido. Los empuja el desasosiego de no poder brindar a sus familias un pedazo de pan para llevarse a sus bocas.
Y esto no cesará hasta que juntos y cohesionados consigamos que se den las condiciones para que se produzcan elecciones libres y transparentes en todos los niveles del Estado.
