Ser migrante es un acto de valentía, de incertidumbre, de calamidades, de temores y de abandono de familias y amigos. Y claro es un acto de esperanza y oportunidad. Migrar es un derecho que debemos defender.
Sumemos a esto, la persecución política, un estado forajido que viola de forma sistemática los Derechos Humanos; la inestabilidad económica y laboral, lo imposible que es recibir asistencia médica, y pídale a Dios que esa asistencia médica no sea por una patología más grave: estaría seguramente enfrentando la muerte.
Cada migrante puede contar su experiencia de manera particular; como por ejemplo, los cientos de venezolanos que caminan largos tramos desde la frontera hasta ciudades importantes de Colombia como Bogotá, sin alimentos, sin ropa o calzado adecuado. Sí, me refiero a la nueva y gigantesca migración del siglo XXI, mis hermanos venezolanos.
Ahora bien, imagine usted, que luego de esa travesía, con un morral a cuestas lleno de esperanzas y deseos de surgir, empezando de cero, te encuentres con una persona que debería estar dispuesta, preparada y
siempre atenta a tender la mano para servir, sin distingo alguno de mayorías o minorías; pero al contrario, te señala, te usa y justifica sus debilidades ante problemas tan sencillos de resolver como la inseguridad
de su ciudad, sí, me refiero a usted.
Claudia López, nada, en absoluto, justifica, que un mandatario con todas las facultades jurídicas, económicas y técnicas, señale bajo claro desconocimiento de estudios internacionales y nacionales, que dicen lo contrario, como responsable de la inseguridad, a los venezolanos que vivimos en la ciudad, que los estigmatice, que alimente la xenofobia que gracias a personas con su nivel de desconocimiento y manipulación es creciente en la ciudad, dificultando la necesidad natural del migrante de integrarse en la sociedad, encontrando empleo, acceso a vivienda y servicios.
De su parte solo puedo esperar, asombrosamente, desinterés a lo que expreso y digo asombrosamente, pues usted mejor que nadie sabe y ha vivido lo que es ser despreciada por su posición social, por su
preferencia sexual y por su parcialidad política.
Es asombroso como una persona perteneciente a más de una minoría significativa, use lo que tanto ha despreciado contra hombres y mujeres que buscan es apoyo, no ataques, debería darle vergüenza, pero sé que a ese tipo de personas tampoco pertenece.