EL VENEZOLANO COLOMBIA
El positivo por COVID-19 del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha dado un vuelco a su campaña electoral a un mes de las elecciones, al interrumpir el frenético calendario de mítines del mandatario y centrar la atención en la pandemia justo cuando más le interesaba minimizarla.
Trump confirmó la madrugada del viernes que tanto él como la primera dama, Melania, habían dado positivo por coronavirus, y la Casa Blanca reveló horas después que ambos tienen «síntomas leves» de la enfermedad, y planean guardar cuarentena en su residencia presidencial.
«El presidente tiene síntomas leves (…) y sigue no solo con buen ánimo, sino con mucha energía. Hemos hablado varias veces esta mañana. Como cada mañana, me ha comunicado las cinco o seis cosas que quiere que haga», dijo el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, en declaraciones a los periodistas.
SÍNTOMAS COMO DE RESFRIADO
Los síntomas de Trump son parecidos a los de un resfriado, según las fuentes citadas por varios medios estadounidenses, que aseguran que los asesores del presidente notaron que parecía exhausto el miércoles por la noche, cuando concluyó su mitin en Minesota.
Trump se enteró el jueves al mediodía de que su asesora Hope Hicks -con la que había viajado el miércoles en el helicóptero Marine One- había dado positivo por COVID-19, pero siguió adelante con su agenda del día, incluido un acto de recaudación de fondos en Nueva Jersey, admitió Meadows.
«Lo descubrimos cuando el Marine One estaba despegando ayer» hacia Nueva Jersey, afirmó Meadows, lo que significa que Trump sabía del contagio de esa asesora de la que está siempre tan cerca y aún así decidió mantener un acto de recaudación de fondos con cientos de asistentes en su club de golf de Bedminster.
La Casa Blanca guardó silencio sobre el positivo de Hicks hasta que los medios de comunicación lo revelaron el jueves por la noche, y fue solo entonces cuando Trump reveló que se había hecho una prueba y, más tarde, que había dado positivo.
BIDEN Y PENCE DAN NEGATIVO
La noticia obligó a someter a tests a numerosas personas que estuvieron en contacto con el presidente en los últimos días, incluido el candidato presidencial demócrata, Joe Biden, quien compartió escenario con Trump durante el debate del martes en Cleveland (Ohio).
Tanto Biden como su esposa, Jill, dieron negativo en el test que se hicieron el viernes por la mañana, informó en un comunicado el médico de ambos, Kevin O’Connor.
En un tuit, el exvicepresidente deseó una «rápida recuperación» a Trump y la primera dama, y afirmó que seguirá «rezando por la salud y seguridad del presidente y su familia».
«Jill y yo hemos dado negativo. Gracias a todo el mundo por sus mensajes de preocupación. Espero que esto sirva como recordatorio: hay que llevar mascarilla, mantener la distancia social y lavarse las manos», escribió Biden.
El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, y su esposa, Karen, también dieron negativo, un factor importante puesto que, si Trump llegara a quedar incapacitado por el coronavirus, sería su «número dos» quien tomaría temporalmente las riendas del país, según la Constitución.
Varios miembros del gabinete de Trump también se hicieron la prueba y dieron negativo, al igual que la jueza que el presidente acaba de nominar para el Supremo, Amy Coney Barrett, y los dos hijos del mandatario con los que más está en contacto: Barron e Ivanka, así como el marido de ésta, Jared Kushner.
TRES POSITIVOS CERCANOS A TRUMP
No está claro quién contagió a Trump, porque además de Hicks, hay al menos otras dos figuras cercanas al mandatario que han dado positivo: la presidenta del Comité Nacional Republicano (RNC, secretariado del partido), Ronna McDaniel, y el senador Mike Lee.
Según su oficina, McDaniel estuvo con Trump durante un acto de recaudación de fondos el pasado viernes y supo este miércoles que tenía COVID-19 tras enterarse de que uno de sus familiares lo había contraído, mientras que Lee asistió el sábado a un acto de la Casa Blanca en el que Trump anunció la nominación de Barrett.
DINAMITA PARA SU CAMPAÑA
El diagnóstico de Trump le obligó a cancelar el mitin que tenía programado este viernes en el estado clave de Florida, y dinamitó la estrategia con la que su equipo de campaña planeaba estrechar la ventaja que Biden lleva al presidente en muchos estados clave.
Trump tenía previsto multiplicar en las próximas semanas sus viajes a los estados donde hay más en juego, en los que ya había empezado a programar mítines en espacios cubiertos, con cientos de personas agolpadas en el público, para transmitir su mensaje de que lo peor de la pandemia ya ha pasado.
La enfermedad obligará ahora a Trump a permanecer confinado en la Casa Blanca durante al menos dos semanas y dificultará sus esfuerzos de distraer la atención de la pandemia, apenas tres días después de que el presidente se burlara de Biden en el debate por llevar mascarilla.
El impacto en la campaña puede depender de si sus síntomas empeoran, algo que muchos expertos en salud no descartan ya que, como varón de 74 años que padece de obesidad, reúne al menos tres factores de riesgo