Los venezolanos en el mundo y en el país iniciamos septiembre con la realidad de que nuestra oposición tiene cuatro vías ineficientes y cruelmente reales. Estas vías representadas por cuatro personas que muestran nuestra triste y penosa realidad política.
La vía de Guaidó
La circunstancia lo llevó a liderar el país desde la presidencia de la Asamblea Nacional, recibiendo el apoyo de mas de 60 países aliados, incluyendo la de la mayoría de los diputados y las fracciones políticas que representan el G4 (Voluntad Popular, Primero Justicia, Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo). Esta es la vía que considero debemos apoyar en conjunto, sólidos, frente a lo que viene.
La vía de María Corina
Una vía que presenta la alternativa de la fuerza ante la salida del régimen, pero que enfrenta a la población con un discurso donde mete a todos en un mismo saco y solo presenta su figura como la única alternativa para una transición a la democracia.
La vía de Capriles y Stalin
Dos vías que se unen desde los egos de dos personas que están convencidas de su verdad, que tomaron la iniciativa de “conversar” con el régimen de Maduro y hacer el tratado que llevó -recientemente- a la liberación de hasta ahora más de 100 presos políticos; a quienes aprovecho en estas páginas de El Venezolano Colombia para darles la bienvenida a una libertad que para mí tiene mal sabor de boca.
Un verdadero líder siempre debe comprender y respetar los demás liderazgos
Sé que para ustedes, nuestros lectores, es complejo entender este panorama incierto que se cierne sobre el futuro de nuestra Venezuela. Seguramente, tienen su empatía por alguna de estas cuatro vías que están en la agenda pública. Pero si algo he aprendido en 25 años de carrera política es: un verdadero y auténtico líder siempre debe comprender y respetar los demás liderazgos y, si así lo ameritan los tiempos, seguirlo y apoyarlo.
Hoy, por más de dos décadas, seguimos bajo el control político y criminal del chavismo (Sin Chávez). Aún no somos libres y los venezolanos sufren sin descanso los errores que como políticos seguimos cometiendo. Tengo el valor de incluirme: soy un político opositor.
Tenemos la responsabilidad y el deber de remar con Guaidó
Les invito a leer y comprender mi tesis: aunque Juan Guaidó sea parte de una circunstancia, hoy, todos tenemos la responsabilidad y el deber de remar junto a su gobierno el barco del interinato, que quizás no nos gusta o no nos representa, pero debemos hacerlo por el simple deber de estar juntos. En el fondo, es un compromiso con Venezuela.
El chavismo es minoría política, pero está fortalecido en su unión, mientras nosotros, desde hace mucho, somos mayoría, estamos caminando cuatro caminos diferentes que siguen llevándonos al fondo oscuro de perder la patria. De seguir así, nadie habrá ganado, todos habremos fallado, es el momento de las grandes victorias, no el de las pequeñas y personales, donde solo los egos y las ansias de poder se dan espacio.
«Les invito a leer y comprender mi tesis: aunque Juan Guaidó sea parte de una circunstancia, hoy, todos tenemos la responsabilidad y el deber de remar con él el barco del interinato»
Mi llamado es a la unión nacional. Dejando atrás errores, rencores y fallas, que luego podremos dirimir en las urnas electorales, cuando votemos, en libertad y seguros de que nuestro derecho de elegir y ser elegidos está garantizado. Lo pido, por nuestros hijos y nietos, los herederos de nuestra patria: ¡Venezuela!
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