Pilotos voluntarios colombianos atraviesan el país con ayudas contra COVID-19

• Uno de esos viajes fue a Quibdó, capital del Chocó, para reforzar el precario sistema de salud de ese departamento, situado en la región del Pacífico, en el que se han confirmado 544 contagios y 18 muertos por COVID-19

EL VENEZOLANO COLOMBIA

Todos los días, pilotos del Aeroclub de Colombia despegan de un aeropuerto en Bogotá para llevar en sus aviones ayuda contra el coronavirus a las regiones más remotas del país, desde el selvático departamento del Chocó, hasta caseríos amazónicos perdidos en las riberas del río Vaupés.

El servicio lo prestan de manera voluntaria cerca de medio centenar de pilotos que utilizan como base el aeropuerto de Guaymaral para repartir en los lugares más lejanos material médico y algunas veces personal sanitario enviado por el Gobierno.

Uno de esos viajes fue a Quibdó, capital del Chocó, para reforzar el precario sistema de salud de ese departamento, situado en la región del Pacífico, en el que se han confirmado 544 contagios y 18 muertos por COVID-19.

Después de una hora y nueve minutos de vuelo, tres aviones bimotor de los modelos Piper Navajo y Piper Séneca III aterrizaron en el Aeropuerto El Caraño de Quibdó, uno de ellos cargado de materiales médicos que los pilotos acomodaron en el espacio de los siete asientos de la aeronave.

La ayuda que envía el Gobierno también permite a las autoridades regionales agilizar el procesamiento de las pruebas de detección del coronavirus para estrechar el cerco epidemiológico y ganar tiempo a la pandemia.

«En el Aeroclub estamos colaborando con la Presidencia para ayudar a las regiones más apartadas desde el punto de vista médico y llevando toda clase de kits de protección. Traemos muestras de coronavirus para que sean analizadas», dijo el piloto Manuel Antonio Lince a un equipo de Efe que los acompañó en el viaje.

VUELOS QUE SALVAN VIDAS

Para atender la emergencia en los sitios más recónditos del país, estos pilotos han hecho desde el 27 de marzo, dos días después del inicio de la cuarentena, más de 500 horas de vuelo en cerca de 200 viajes.

«Todos los días el Instituto Nacional de Salud nos dice que necesita traer o llevar muestras de Mitú, de (Puerto) Carreño, de Leticia, y a esas regiones vamos», detalló a Efe el piloto y socio del Aeroclub Ernesto Pérez, citando algunos de los lugares más apartados de la geografía nacional.

Las necesidades del Chocó, departamento con un índice de pobreza monetaria del 58 %, el más alto del país, hacen que sea uno de los destinos de esta iniciativa.

El Chocó solo cuenta con seis hospitales de primer nivel (básico) para atender a 30 municipios y uno de segunda categoría (intermedio), mal dotados e insuficientes para una población más de 530.000 habitantes.

Al recibir los materiales, el gobernador encargado del Chocó, Jefferson Mena, describió como «alarmante» la situación del departamento y advirtió sobre la rápida propagación de la pandemia en municipios que hasta hace unos días estaban libres de la COVID-19.

«Quiero dar gracias a organizaciones como el Aeroclub porque este es un departamento muy pobre, que ha sido saqueado, explotado y robado. Tiene unas condiciones muy lamentables de vida para los ciudadanos», dijo Mena.

ALIVIO DURANTE LA EMERGENCIA

Las ayudas viajan a bordo de 27 aviones privados que, a diferencia de los del Gobierno, tienen la capacidad de llegar a todas las regiones de Colombia, incluso donde las infraestructuras aeroportuarias son precarias.

«La gran mayoría somos empresarios que estamos dedicados a otras funciones (…) pero en este momento, con esta facilidad que tenemos de acceder a muchos sitios, estamos dedicados a esta misión», aseguró Pérez.

De esta forma, el Gobierno ayuda a paliar la situación del Chocó donde de los 544 casos reportados por coronavirus solo 68 personas se han recuperado, o en el lejano Vaupés, departamento fronterizo con Brasil al que ni la distancia pudo impedir la llegada de la pandemia y ya tiene once contagios.

«Gracias a la intervención del Gobierno nacional estamos preparando la red hospitalaria para estar preparados para afrontar esta pandemia de la mejor manera», aseguró el gobernador del Chocó.

PRECARIEDAD PROFUNDIZADA

La pandemia agudizó las precarias condiciones de salud en el Chocó y puso en evidencia situaciones críticas como la falta de pago al personal médico y el saqueo de los recursos públicos.

«He encontrado un departamento con una institucionalidad muy débil y con índices de corrupción muy altos», dijo Mena, designado como gobernador encargado después de que la Procuraduría General (Ministerio Público) suspendió al titular, Ariel Palacios, por presuntas irregularidades en un contrato de salud firmado en abril cuando el coronavirus ya había llegado al país.

Las condiciones en el Chocó son tan frágiles que algunos pacientes deben ser remitidos a hospitales en ciudades como Medellín, aunque conseguir el traslado de un enfermo es un verdadero calvario.

Quienes por sus complicaciones necesitan viajar en aviones ambulancia dependen de la disponibilidad de las pocas unidades medicalizadas que hay en el Chocó, de contratar el servicio privado o incluso de someterse a un penoso viaje de 230 kilómetros por carretera entre Quibdó y Medellín que dependiendo del estado de la vía puede tardar hasta diez horas.

Un enfermo por la COVID-19 tuvo este miércoles la suerte de que lo embarcaran en avión a Medellín en la misma pista donde los pilotos del Aeroclub de Colombia descargaban material médico.

CUARENTENA IGNORADA

De los casos activos que hay en el Chocó, 434 permanecen en casa, 16 reciben atención en hospitales y ocho están en cuidados intensivos, razón por la cual el Ministerio de Salud envió hace seis días a Quibdó tres respiradores destinados a las diez camas de UCI del hospital San Francisco de Asís, las primeras en la historia de ese centro médico.

Por su parte, la Gobernación ha endurecido las restricciones a la movilidad y el confinamiento en el departamento ante la indisciplina social y el incumplimiento de la cuarentena.

«Para el chocoano el coronavirus no existe, para el chocoano la pandemia no existe, para el chocoano es más importante salir a rebuscarse el día; para los chocoanos no ha habido cuarentena (…) y eso explica este crecimiento de los contagios», denunció el gobernador.

En tiempos de crisis, estos vuelos humanitarios son una esperanza para los pueblos del Chocó y de otras regiones de Colombia alejadas geográficamente y abandonadas históricamente por el Estado.

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