En frontera de Cúcuta hay represamiento por migrantes caminantes y retornados en buses

• La Gobernación de Norte de Santander realizó una intervención humanitaria para brindarles alojamiento, alimentación y tamizaje de salud, en el marco de la emergencia nacional por la covid-19

Un «cuello de botella» se está formando en el puente internacional Simón Bolívar, por la llegada de gran cantidad de migrantes venezolanos que han retornado a pie y en autobuses de los corredores humanitarios, situación que ha generado represamiento de personas, debido a que las autoridades de Venezuela solo permiten el ingreso de 300 por día. 

Así lo informó el Secretario de Fronteras y Cooperación Internacional de la Gobernación de Norte de Santander, Víctor Bautista, quien indicó que hay cerca de 500 personas y un alto porcentaje de los migrantes venezolanos llegó caminando y en buses desde países como Chile, Perú, Ecuador y otro tanto de ciudades colombianas como Cali, Medellín, Bogotá y Bucaramanga.

«Hemos encontrado una situación realmente compleja, aquí tenemos hermanos venezolanos migrantes que llevan varios días en este recorrido con sus pertenencias, con sus niños, con sus familias. La Gobernación ha encontrado muy oportuno que le mostremos esta situación a la región y a Venezuela porque se requiere una mirada humanitaria para que estas personas lleguen rápidamente a su destino», destacó Bautista. 

En vista de este represamiento de migrantes, la Gobernación de Norte de Santander realizó una intervención humanitaria para brindarles alojamiento, alimentación y tamizaje de salud, en el marco de la emergencia nacional por la covid-19.

Bautista añadió que el regreso a Venezuela de los migrantes se debe al interés de reagruparse con sus familias y huir de la crisis generada por cuenta de la pandemia en el continente, que los ha dejado a su suerte. 

Esta situación de vulnerabilidad la padece José, un venezolano de 20 años que salió hace tres de su país y se instaló en la ciudad de Tacna, en Chile, desde donde intentó ayudar a su familia. Trabajó como barbero y mesero hasta que la pandemia del coronavirus lo obligó a tomar el camino de regreso. Fueron 22 días de viaje en bus, camión y caminando. «Regreso a Táchira, donde vive mi madre. Llevo cuatro días esperando para entrar a Venezuela y las autoridades de mi país no me lo permiten. Para comer en el camino de regreso tuve que hacer trueque con las pocas pertenencias que me quedan», dijo con tono de desesperación.

El Instituto Departamental de Salud está realizando la labor cerco epidemiológico a través de un seguimiento de toma de temperatura y registro poblacional, por grupo de edad y sexo. Brinda atención preferencial a mujeres gestantes y a menores de edad.

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