Con la destrucción de Venezuela y el proceso de convulsiones y reacomodos políticos en el continente americano, se va abriendo paso el inicio de un ciclo que pudiera dejar atrás la desastrosa experiencia socialista iniciada en el Segundo Congreso de la Internacional Comunista, de julio de 1920.
Aquel cónclave mundial diseñó las posiciones de los comunistas respecto a la actitud a seguir en los países que más tarde llamaron “del Tercer Mundo” y la utilización de las posiciones nacionalistas de dichos países para implantar regímenes contrarios al capitalismo, la democracia y la libertad.
La clarificación de esta situación y el trazado del camino a seguir para la implantación de un régimen de sociedad abierta justamente en Venezuela es la idea que se desarrolla en “VENEZUELA: de la peste socialista a la prosperidad liberal”.
En efecto, el pensamiento socialista emergió en Venezuela en el año 1928 y recorrió todo el proceso evolutivo propio de esta ideología hasta la completa destrucción de nuestra nación; desde las posiciones nacionalistas y antinorteamericanas, pasando por las posiciones populistas, de economía dirigida y de demagogia irresponsable, hasta desembocar en su resultado natural de implantación de un régimen autoritario, primero, luego de dictadura comunista con ribetes totalitarios y, finalmente, de Estado forajido débil y fracasado secuestrado por organizaciones del crimen organizado.
La clarificación de esta situación y el trazado del camino a seguir para la implantación de un régimen de sociedad abierta justamente en Venezuela es la idea que se desarrolla en “VENEZUELA: de la peste socialista a la prosperidad liberal”.
La tarea que corresponde a este tiempo de debacle institucional, económica y social, consiste en cerrar definitivamente aquel ciclo inaugurado con la insurgencia de la “Generación del 28”. Para esto, es absolutamente necesario aupar y apoyar una nueva generación formada políticamente en la idea de superar el nefasto socialismo “puntofijista” y llevar a cabo su tarea histórica de cambio y transformación radical.
La principal amenaza inmediata para que esta tarea no se cumpla radica en la posibilidad real y latente de que la Generación que hoy dirige la lucha ( Juan Guaidó, Miguel Pizarro, Freddy Guevara, Carlos Paparoni, José Manuel Olivares, Juan Andrés Mejía, Stalin González, Yon Goicoechea, Juan Requesens, Gilber Caro), no pueda vencer el cerco ideológico que sobre ella ejercen los líderes corruptos del pasado (Henry Ramos Allup, Manuel Rosales, Julio Borges), y quede atrapada en las viejas y anacrónicas ideas fracasadas, condenando a la ya destruida nación venezolana a seguir descendiendo en la espiral de decadencia, o convertirse de manera definitiva en rehén de asociaciones corruptas tales como la Internacional Socialista, el Socialismo del Siglo XXI, el Foro de Sao Paulo y la Internacional Progresista del comunista norteamericano Bernie Sanders.
Los autores de “VENEZUELA: de la peste socialista a la prosperidad liberal”, creen posible que, así como Venezuela se convirtió en un grave problema para toda la región latinoamericana, la comprensión y superación de la actual crisis y su advenimiento a un régimen de sociedad abierta, puede convertirse en el punto de partida de una nueva realidad política, social y económica que por fin saque de su atascamiento y rezago a Latinoamérica y la enrumbe hacia un camino de prosperidad, democracia plena y libertad.
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