EL VENEZOLANO COLOMBIA | ANALÍTICA
La población infantil y juvenil representa uno de los grupos humanos más afectados en lo que respecta a los millones de migrantes provenientes de Venezuela que están en Latinoamérica.
El tema del acceso a la escolaridad es especialmente sensible y así lo refleja un informe que realizó la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en Colombia, que determinó que de los 460 mil venezolanos menores de 18 años con necesidades escolares, 260 mil todavía no están inscritos en el sistema educativo, a pesar de los esfuerzos de las autoridades colombianas por integrarlos.
El informe, que se titula «El derecho a la educación bajo presión: Principales desafíos y acciones transformadoras en la respuesta educativa al flujo migratorio mixto de población venezolana en Colombia», fue elaborado por el organismo con sede en París junto con el Consejo Noruego para Refugiados (NRC), y analiza las necesidades y obstáculos que enfrentan niños y jóvenes para alcanzar su pleno derecho a la educación.
El reporte es producto de un exhaustivo análisis documental proveniente de fuentes secundarias sobre las respuestas educativas dirigidas a la población venezolana en Colombia y ha sido realizado con el fin de contribuir a la toma de decisiones basadas en evidencia.
El estudio cobra mayor relevancia tomando en cuenta que Colombia es la nación que en los últimos ha recibido la mayor cantidad de migrantes venezolanos, obligados a huir ante la crisis humanitaria que vive nuestro país. Según los datos de las autoridades locales, alrededor de unos 1,8 millones de venezolanos permanecen en territorio neogranadino, con 460 mil de ellos en edad para educarse y formarse, elementos que son claves para su desarrollo personal de cara al futuro.
Esfuerzo neogranadino
El informe detalla que de los 460.000 menores de 18 años con necesidades escolares, 198.000 están inscritos en el sistema educativo, la mayoría en primaria y secundaria (79%). Sin embargo, alrededor de 260.000 niños y jóvenes venezolanos en Colombia todavía se mantienen fuera de la escuela, lo que afecta su derecho a la educación.
La investigación destaca que esta vulneración se ve profundizada porque al estar fuera del sistema educativo, este segmento poblacional no recibe prestaciones sociales importantes, entre ellas, los servicios de alimentación escolar. Además recalcan que si bien la mayoría de la oferta educativa no tiene costos directos para los estudiantes, muchos gastos indirectos (transporte, vestuario, alimentación y material) estarían inhibiendo el acceso educativo.
Y, pese a que Colombia hace un trabajo superlativo para atender a estos niños y jóvenes, el documento señala las carencias que presenta el sistema educativo para hacer frente a la creciente matrícula y que requieren de una atención urgente. Específicamente, se alterta sobre la insuficiencia de la infraestructura y de los recursos educativos disponibles, así como situaciones de hacinamiento en las escuelas y la falta de acceso a servicios de agua y saneamiento en algunas regiones.
En cuanto al personal educativo, se registran dificultades administrativas para la expansión de la planta docente, la falta de personal en municipios del interior colombiano para atender los requerimientos de la población que llega y las limitaciones para que docentes venezolanos puedan ejercer su profesión en el vecino país.
Otro problema que muestra el estudio es sobre el reconocimiento de grados y títulos, ya que se identifican obstáculos que impiden el reconocimiento de trayectorias educativas por falta de documentación. Se identificaron casos de niños y jovenes que asisten a la escuela solo como oyentes, lo que les impide certificar sus estudios cursados en Colombia y continuar sus trayectorias educativas luego de la formación secundaria.
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