Desde hace tiempo, podemos indicar una fecha, 1972, un evento en Suecia: la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano (también conocida como Conferencia de Estocolmo). En ella, se hizo un llamado de alerta para reorientar el desarrollo económico hacia la sustentabilidad, siendo que en dicho esfuerzo jugaría un papel preponderante la protección del ambiente.
Hoy, sin menoscabar ni olvidar las urgentes necesidades sociales, nos planteamos la mayor que enfrentamos mundialmente y con consecuencias en todas las áreas del ser humano pues incluye la vida.
De manera particular podemos plantearnos preguntas que, entre muchas otras, nos puedan llevar a algunas respuestas, ojalá lo más pronto posible.
¿Cómo restituir las vidas de los que se fueron como consecuencia del nuevo Coronavirus? ¿Las empresas que perdieron sus capitales? ¿Los trabajadores sus empleos? ¿Los estudiantes la interrupción de sus estudios? ¿Los sueños y los esfuerzos acumulados por décadas? Entre muchas otras rupturas de la vida familiar y social.
¿Cómo superar el miedo para la reincorporación de nuevo a la vida familiar, social, empresarial, estudiantil?
¿Cómo restituir las vidas de los que se fueron a consecuencia del nuevo Coronavirus? ¿Las empresas que perdieron sus capitales? ¿Los trabajadores sus empleos?
Nuevos retos, nuevas oportunidades para la inteligencia, el conocimiento, la vida y sus valores fundamentales, partiendo desde los inicios de lo particular hasta lo familiar, gubernamental y social. La tarea es de todos y para todos.