La violencia política en Colombia se recrudeció en enero cuando fueron asesinados 18 líderes sociales o políticos y un dirigente comunal, denunció la Misión de Observación Electoral (MOE), al subrayar que las regiones más afectadas siguen siendo los departamentos de Chocó y Cauca, en la costa del Pacífico.
En el primer mes del año, el observatorio del organismo contabilizó 55 hechos de violencia política en todo el país, 35 de ellos contra líderes sociales.
«Comparamos la situación de los meses de enero desde 2016 y se evidencia que este primer mes de 2020 muestra el más alto de violencia política», dijo hoy a Efe el investigador Germán Robayo.
En su informe «Violencia política contra todos los líderes políticos, sociales y comunales», la MOE alertó de una tendencia al alza en los asesinatos, al comparar las cifras de enero de los últimos cinco años.
De esta forma, en el primer mes de 2016 hubo cinco asesinatos, cifra que subió a 11 en 2017, mientras que en 2018 fueron contabilizados 18.
En enero de 2019 ocurrió una ligera disminución a 16 casos y enero de este año volvió a subir, esta vez a 19.
La MOE destacó que varias zonas de los departamentos del Huila, Putumayo, Norte de Santander, Córdoba y Cauca donde ocurrieron esos asesinatos forman parte de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), plan del Gobierno que incluye a los municipios más afectados por la violencia y que «deberían contar con esquemas de protección colectivos e individuales».
VIOLENCIA ELECTORAL
La MOE expresó una especial preocupación por la violencia contra los nuevos gobernantes locales y concejales que comenzaron sus mandatos el pasado 1 de enero.
Entre estos casos mencionó al alcalde de Buenos Aires, en el departamento de Cauca (suroeste), quien fue víctima de un atentado del que salió ileso, mientras que en San Pablo, en Bolívar (norte), fue amenazado el presidente del Concejo Municipal.
Además, en Candelaria (Valle del Cauca) fueron asesinados dos excandidatos de izquierda en las elecciones de 2019: Jonathan Borja Pérez, aspirante a la alcaldía por Colombia Humana, e Iván Giraldo Fúquene, que buscó un escaño en el concejo por el Polo Democrático.
Al explicar los factores para el recrudecimiento de la violencia, Robayo recordó que están por realizarse las elecciones de Juntas de Acción Comunal, donde son elegidos los representantes más cercanos a la comunidad y que por ello muestran «mayor riesgo».
BALANCE NEGRO DE 2019
La Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos denunció a comienzos de este mes en Ginebra que al menos 107 defensores de derechos humanos fueron asesinados en Colombia durante 2019.
Al respecto, la misión de la MOE subrayó su preocupación al calcular que durante 2019 «en promedio cada tres días un líder fue asesinado en Colombia» y cada día un líder fue víctima de violencia política.
Según la MOE, aunque los líderes políticos fueron los más afectados el año pasado con 297 casos (54,1 % del total), en su mayoría amenazas, los líderes sociales y comunales «fueron objeto de mayor violencia letal», con 86 asesinatos.
Entre los casos recientes está el de Jorge Luis Betancourt, líder campesino y coordinador de deportes de la Junta de Acción Comunal (JAC) del caserío de San Francisco del Rayo, asesinado por desconocidos en esa localidad del departamento caribeño de Córdoba.
También está el del indígena Yaiber Alexander Quitumbo, asesinado el mes pasado en una zona rural del municipio de Toribío, en el convulso departamento del Cauca.
Como, según la ley, los gobernadores y alcaldes son los primeros responsables de enfrentar la violencia contra líderes sociales y comunales, la MOE recomienda que las autoridades locales que comenzaron sus mandatos el pasado 1 de enero, «se apropien de las políticas de prevención y protección».
«Los alcaldes son claves para mitigar el riesgo político en su territorio», aseguró Robayo.
Fuente: EFE
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