Eros Ramazzotti hizo vibrar este domingo al público bogotano, 22 años después de su última visita a Colombia, esta vez con una propuesta musical que mezcló sus emblemáticas baladas con los ritmos roqueros que todavía cotizan en medio mundo y que llenaron de emoción el Movistar Arena.
«Bogotá te quiero», gritó el italiano nada más empezar su puesta en escena con los ritmos ondulantes de la canción «Vita Ce N’è» (que significa hay vida en italiano), la protagonista de su nuevo álbum y que da título a la gira que se estrenó en América Latina este año con conciertos en Guatemala y El Salvador.
Bogotá es la penúltima parada antes de saltar a los escenarios estadounidenses después de una breve visita a Ciudad de México, donde llevará este impresionante espectáculo visual en el que Ramazzotti (Roma, 1963) hace un canto a la vida y a la ecología y en el que va intercalando temas de su nuevo álbum, como «Hay vida», con auténticos éxitos como «La cosa más bella».
IMAGEN RENOVADA
Puntual, a las 8 de la noche, empezaron a brillar los focos instalados en la parte superior e inferior de las dos pantallas verticales que abrazaban el escenario, cuando Ramazzotti apareció en el Movistar Arena.
La última vez que Ramazzotti estuvo en la capital colombiana fue en el año 1998, cuando sus cadencias italianas hipnotizaron a cerca de 50.000 jóvenes, los más fieles, convertidos ahora en adultos que lo acompañan en su carrera, que suma 35 años de éxitos tanto en español como en italiano.
«Ha pasado mucho tiempo, finalmente estoy aquí con ustedes», gritó al público.
Los tiempos han cambiado, pero Ramazzotti no está dispuesto a permitir defectos, como demostró cuando saltó a la arena y se acercó a una mujer que, lejos de obtener el cariño de su ídolo, recibió una reprimenda por estar grabando el concierto con el móvil.
«Están todo el tiempo con eso, con el teléfono, pero usarlo esta noche es una mierda, vamos a usarlo poquito a poquito», exclamó Ramazzotti.
A pesar de la anécdota, el concierto transcurrió con normalidad, con la alternancia de sus canciones «Un segundo de paz», «Una emoción para siempre» o «En primer plano» y el rock metalero importado por su último batería: Eric Moore, exmiembro del grupo «thrash» Suicidal Tendencies.
ALEGATO A LA TIERRA
Los aficionados pudieron disfrutar de una puesta en escena apoteósica, con Ramazzotti vestido de pies a cabeza de negro mientras su figura quedaba recortada sobre una cascada de píxeles de diferentes colores.
Durante todo el concierto, un alegato a la defensa de la «Pachamama», se sucedieron hologramas de luces que proyectaban en mitad del Movistar Arena imágenes de la Tierra en tres dimensiones, con selvas y edificios, lenguas de fuego o el mar, pero también mensajes contra el cambio climático: «Para el 2025 en los mares habrá más plásticos que peces».
Un cuidado sonido, la voz nasal de Ramazzotti y la guitarra en acústico convirtieron el Movistar Arena en un espacio de intimidad recíproca entre público y cantante con los éxitos «Si bastasen un par de canciones», «Cosas de la vida» y «Mi vida es un absurdo».
«Hoy como siempre, estoy pensando en ti, sí ya ves», cantó su famosa letra el romano acompañado de la banda de ocho, ahora sin la guitarra de Phil Palmer (Dire Straits, Clapton).
Sus seguidores, tanto los veteranos como los más recientes, pudieron ver a un Eros Ramazotti que, además de cantar, se atrevió con la «champeta», un baile de caderas típico del Caribe colombiano que fue deleite del público, y ritmos de reguetón con «Por las calles las canciones», junto a Luis Fonsi acompañando en un vídeo a Ramazzotti.
Tampoco faltaron los dúos en los que compartió protagonismo con las dos coristas en la interpretación de dos de sus éxitos, cantados en italiano e inglés, primero «Più che puoi» y más tarde «I belong to you».
Ramazzotti supo guiar al público hasta el final, cuando en los manidos bises extasió a sus seguidores con «Fuego en el fuego» y «La cosa más bella», que coronó la actuación con un público en pie.
Con información de EFE
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