El primero de enero de 2020 las ciudades de Colombia recibieron a sus nuevos mandatarios. Bogotá, Cali y Barranquilla, tres de las ciudades más importantes, presentan sus propios desafíos, que deben ser piloteados por los entrantes administradores.
Se ha dedicado análisis más amplios a los retos de Medellín. Entre los denominadores comunes están la seguridad y la movilidad, principales temas que aquejan a la ciudadanía. En las pasadas elecciones se vivió un aumento en la participación del electorado: mientras en 2015 votaron cerca de 20 millones de colombianos, este año lo hicieron 22 millones.
En últimas, esto debería significar un aumento en el escrutinio de la gestión pública de los alcaldes. En materia ideológica también hubo un viraje hacia el centro y no a los extremos políticos. Los partidos cada vez pierden más protagonismo. Ahora, las personalidades y no tanto las colectividades partidistas, estarán a cargo de enfrentar los retos en cada ciudad.
Claudia López – Bogotá
Construir la primera línea del metro:
En 2019 Bogotá dio un gran paso en uno de los mayores retos de la capital: el metro. Este año, el gobierno nacional y distrital adjudicaron el contrato al consorcio Apca Transmetro, integrado por dos multinacionales chinas. El reto para Claudia López será materializar la construcción de la primera línea que se dejó contratada.
De acuerdo al informe ‘Los 50 desafíos que tendrá la Administración de Bogotá 2020-2023’, de Bogotá Cómo Vamos (BCV), la alcaldesa lidiará con los efectos que esto genera, entre ellos, el aumento del tráfico, la calidad del aire y la producción de escombros. Otra problemática que tendrá que enfrentar López son los colados en el sistema de transporte público, según el informe, el 15% de los usuarios de Transmilenio se salta los torniquetes o entra por las puertas de acceso de los buses. Eso equivale a un promedio de 300.000 colados por día.
Reducir la inseguridad:
Es uno de los temas que más aqueja a la ciudadanía. En la capital colombiana preocupa especialmente el aumento de la violencia en los hurtos a las personas en el espacio público. Según el Dane, 4 de cada 10 robos en la ciudad son de manera violenta. Claudia López tendrá que, de acuerdo al informe de Bogotá Cómo Vamos, fortalecer el proceso judicial, haciéndolo más diligente y eficiente.
La inseguridad en el transporte público es una queja mayor. Según el Dane, 8 de cada 10 bogotanos se sienten inseguros en estos espacios. De acuerdo a las cifras del informe, el primer semestre de 2018, en promedio hubo 54 hurtos diarios en Transmilenio. Para solucionar esto, se plantea no solo aumentar el pie de fuerza, sino capacitar a la policía en las nuevas dinámicas de la comisión de delito.
Poner en marcha el POT:
El Plan de Ordenamiento Territorial (POT) para los próximos 12 años de Bogotá está en vilo. Aunque el Concejo lo hundió, la magistrada Nelly Villamizar del Tribunal de Cundinamarca instó a los concejales a citar a sesiones extras para votar el plan antes del 31 de diciembre. La decisión fue apelada inmediatamente por los concejales de oposición, por lo tanto, no está en firme hasta que se resuelva este recurso.
Aunque se ha especulado que Peñalosa podría expedirlo por decreto, esto solo hubiera sido posible si el proyecto no hubiera surtido su trámite en el cabildo. En abril se cumple el plazo para adoptar las medidas para el saneamiento del río Bogotá que están incluidas en el POT. La alcaldesa tendrá el reto de evaluar las disposiciones que han generado divisiones al interior del cabildo y presentar un proyecto que pueda definir el futuro de la ciudad por los próximos años.
Jorge Iván Ospina – Cali
Mejorar la seguridad:
Esta lucha se vive en diferentes grados en cada ciudad, sin embargo, bajo la mirada del analista político Javier Gutiérrez, “el problema de Cali es muy angustiante, pues está dentro de las ciudades más violentas del mundo. La tasa de homicidios en el Valle del Cauca es extremadamente alta en comparación con ciudades de otras latitudes pero con la misma población”.
En efecto, el Observatorio de Seguridad y Justicia de la Alcaldía de Cali, informó al cierre de agosto de este año que la tasa de homicidios es de 47,3 muertes por cada 100 mil habitantes, muy por encima de la media nacional, que corresponde a 25,4. De acuerdo con Gutiérrez, Cali tiene un reto inminente, no solo en la prevención del delito, sino “en sancionar con contundencia los delitos contra la vida y contra la propiedad”. Según su análisis, Cali es la ciudad con más robos per cápita en Colombia. En agosto de este año la Fiscalía reportó 14.546 casos de hurto denunciados, “eso sin contar la gente que no denuncia, que no lo hacen porque piensan que es algo inefectivo en nuestra sociedad colombiana”, puntualiza Gutiérrez.
Distrito Especial:
Por medio de Ley 1933 de 2018, Santiago de Cali pasó de ser un municipio a un distrito especial deportivo, cultural, turístico, empresarial y de servicios. Esto representa varios desafíos para el entrante alcalde Jorge Iván Ospina. Según el analista Gutiérrez, “nadie duda del liderazgo de Cali en los aspectos deportivos, pero para posicionarse como distrito especial, primero tiene que organizarse administrativamente, haciendo una división político administrativa de la ciudad en localidades”.
Luego, tendría que fortalecer cada uno de los aspectos los aspectos culturales y de servicios, pues Cali “está llamada a ser la interconexión entre el pacífico y el oriente del país”, añade el analista, quien también explica que Ospina tendría que incentivar la inversión de grandes capitales en la ciudad en proyectos de economía naranja e industrias culturales.
Movilidad:
El principal reto en cuestión de movilidad es la constitución y creación del tren de cercanías. Cali está rodeada de lo que se conoce como ‘ciudades dormitorio’, municipios aledaños donde la gente duerme, pero en el día se desplazan a la capital para trabajar. En la entrada o salida de Cali se forman grandes congestiones a la hora pico, por ejemplo, en el famoso puente de Juanchito. Con el tren de cercanías, se podría transportar a las personas y aliviar la congestión. Además, según Gutiérrez, es necesaria la ampliación de la infraestructura urbana. La última se dio entre 2009 y 2011 con las así llamadas 21 megaobras.
Jaime Pumarejo – Barranquilla
Migración:
En medio del fenómeno migratorio que vivió Colombia este último año, la demografía barranquillera ha aumentado con el asentamiento de familias venezolanas que han llegado a esta ciudad. De acuerdo con el analista político José Penso Aricieri, la nueva administración Jaime Pumarejo tendrá el reto de “generar oportunidades de ingreso para la gente, atrayendo suficiente inversión para que nuevas empresas nacientes en la ciudad puedan ofrecer oportunidades de empleo y trabajo digno a todas las personas”. Según Migración Colombia, Barranquilla es la segunda ciudad con más venezolanos en Colombia (93.140), solo superada por Bogotá (327.635). “El próximo alcalde de Barranquilla debe generar trabajo para todos, no solo para los venezolanos, para personas que si no encuentran una forma de trabajo digna, podrían caer en la delincuencia”.
Movilidad:
“Lamentablemente, Barranquilla tiene un sistema vial muy limitado, no cuenta con las grandes avenidas de Bogotá, Cali o Medellín, ahí hay un gran reto”, expresa Penso al referirse a la problemática de movilidad que vive la ciudad. En concreto, Pumarejo tendrá que buscar la forma de impulsar el transporte público masivo. Los barranquilleros cuentan con el transmetro, un sistema integrado de buses que viaja por dos troncales a lo largo de Barranquilla y Soledad.
“En general tiene que haber acciones muy contundentes para mejorar el grave problema de movilidad que cada día se empeora, pues la gente cada vez compra más carros”, añade el analista barranquillero. Esta ciudad acaba de estrenar una de las obras de infraestructura vial más importantes de Colombia: el Puente Pumarejo. Sin embargo, se trata más de un tema de conectividad entre Barranquilla y Magdalena, antes que un alivio para el tráfico al interior de la capital del Atlántico.
Obras de infraestructura:
En cuestión de obras públicas, Alejandro Char deja la vara muy alta y para Pumarejo este será uno de sus principales retos si quiere tener la misma popularidad que obtuvo su predecesor. “Tanto la administración de Char, como la de Elsa Noguera, han sido reconocidas por sus excelentes gestiones en materia de obras públicas, por ejemplo, la recuperación de parques y la canalización de arroyos”, explica el analista José Penso.
Puntualmente, el entrante alcalde Jaime Pumarejo tendrá que conseguir los recursos necesarios para continuar con esta dinámica, reto que se complica si se tiene en cuenta que “uno de los aspectos que se critican a Char es que comprometió recursos por 30 años, de cierta manera, la ciudad quedó endeudada por tres décadas”, explica. A pesar de las críticas, Char tiene hoy una aprobación del 91 %, el alcalde más popular de Colombia, según Gallup de noviembre.
Con información de El Colombiano
Nota relacionada:
La nueva alcaldesa de Bogotá asume y defiende el derecho a la protesta social