La conversación fue grabada en lujoso hotel en Washington
¿Habrá consecuencias en EE. UU. por explosiva conversación entre Pacho Santos y Claudia Blum?

• Pero, en medio del ruido, se levantan voces que defienden al embajador Santos, como la de Bernie Aronson, exdiplomático del Departamento de Estado, quien fue enviado especial para el proceso de paz en Colombia

El lujoso hotel donde se reunieron el embajador y la canciller es un lugar visitado por diplomáticos en Washington. Allí se produjo la interceptación.

El Mandarín Oriental es un lujoso hotel ubicado en el corazón de Washington que es visitado usualmente por diplomáticos de todo el mundo, y en donde abundan los salones para reuniones reservadas.

En uno de ellos se habría grabado la polémica conversación que desató el escándalo y que ya ocupa titulares en la prensa internacional, como The New York Times y la agencia AP, que resumen la conversación como evidencia de las «fuertes fricciones» al interior del gobierno Duque.

Pero, en medio del ruido, se levantan voces que defienden al embajador Santos, como la de Bernie Aronson, exdiplomático del Departamento de Estado, quien fue enviado especial para el proceso de paz en Colombia.

«No creo que tenga mucho efecto sobre las relaciones entre Estados Unidos y Colombia. Esto es una conversación privada, no fue oficial, y no dijo nada que no sea dicho diariamente en Washington por todo el mundo. Es un secreto a voces que el Departamento de Estado se ha debilitado en esta administración», dice Aronson.

Incluso, para el exfuncionario, lo verdaderamente grave está en cómo y quién grabó al embajador y a la canciller.

«Uno tiene que ser cuidadoso cuando cena afuera en Washington y habla sobre alguien porque nunca se sabe quién está en la mesa del lado, pero hay que asumir que no estás siendo grabado… eso no es una cosa normal. Obviamente, alguien le puso una trampa deliberadamente», señala el exfuncionario.

La postura del exdiplomático dista de la de organizaciones como la oficina de Washington para América Latina, que no solo piensa que el nombre del embajador ya no generaría confianza en el Departamento de Estado, sino tampoco el de la canciller.

Aseguran los expertos que no hay claridad en Estados Unidos de si la grabación puede ser tipificada como ilegal, por tanto, develar la incógnita de cómo y quién grabó al embajador y la canciller aquí en este hotel será una tarea titánica.

Con información de Noticias Caracol

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