Los principales partidos políticos iniciaron el jueves por la noche una apretada campaña electoral, sólo 10 días antes de que los españoles acudan a las urnas para repetir las elecciones que probablemente muestren una sociedad cada vez más fragmentada.
Las elecciones del 10 de noviembre serán las cuartas en cuatro años, y las encuestas de opinión sugieren que ningún partido, ni el bloque de izquierda ni el de derecha, obtendrán suficientes escaños para obtener la mayoría de las 350 sillas del Parlamento.
Los líderes del partido socialista y el conservador se culparon mutuamente por la parálisis política que sufre el país en sus primeros actos de campaña.
En Sevilla, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, instó repetidamente a la gente a salir a votar y trató de convencer a los votantes indecisos.
Según el último conjunto de encuestas publicadas por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), alrededor del 32% de los votantes aún no han decidido por quién votar.
“Proponemos que votemos con más fuerza, con más claridad y más rotundidad, al único partido político que puede garantizar un gobierno en nuestro país, que es el partido socialista”, dijo Sánchez.
España ha estado atrapada en un limbo político desde las elecciones de abril, en las que los socialistas fueron la fuerza más votada, pero no consiguieron la mayoría para gobernar.
Pablo Casado, líder del Partido Popular, presentó las elecciones como un plebiscito en torno a Sánchez, quien dijo que “ha tomado como rehén a la sociedad española y debe dimitir si empeora el resultado”.
Presentándose como candidato a una España unida, Casado dijo que tomaría una línea dura contra el independentismo.
“Torra no puede quedarse ni un minuto más en el Generalitat mientras haya violencia en las calles de Barcelona”, dijo, refiriéndose al presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra.
El período previo a la campaña se ha visto eclipsado por semanas de violentas protestas en Cataluña, que estallaron después de la sentencia de prisión de los nueves líderes independentistas catalanes por su papel en el referéndum ilegal de independencia del 2017.
Las recientes encuestas han mostrado un apoyo cada vez menor a los socialistas desde que comenzaron las protestas, mientras que los partidos de la derecha, que han adoptado una postura más firme contra el independentismo, están ganando terreno.
El partido de extrema derecha, Vox, está en camino de casi duplicar su número de escaños en el Parlamento, según una encuesta publicada el jueves, lo que lo convertiría en el tercer partido más votado.
En un mitin en Barcelona, el líder de Vox, Santiago Abascal, describió la situación en Cataluña como una emergencia nacional. Dijo que si es elegido presidente, su primer paso sería ordenar el arresto de Torra.
Con información de Reuters