Ministros y representantes de los países del Grupo de Lima se reunirán este viernes en Brasilia para volver a analizar la situación de Venezuela y el estancamiento de una crisis que ha llevado a millones de personas a abandonar ese país.
La reunión será la primera que celebra el Grupo de Lima desde la elección como nuevo presidente de Argentina del peronista Alberto Fernández, quien han dado a entender que una vez que asuma el poder, el próximo 10 de diciembre, su país dejará esta plataforma, creada en 2017 para buscar una alternativa democrática en Venezuela.
Aun así, fuentes oficiales dijeron que el canciller Jorge Faurie representará al Gobierno de Mauricio Macri en la cita, que puede ser la última del Grupo de Lima con la presencia de ese país.
El presidente electo de Argentina ya ha insinuado que su futuro Gobierno pudiera sumarse al Mecanismo de Montevideo, conformado por Uruguay, México, Bolivia y la Comunidad del Caribe y que busca impulsar el diálogo político en el país, pero sin desconocer al Gobierno de Nicolás Maduro.
El Grupo de Lima, que mantiene una posición mucho más crítica, está
integrado por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica,
Guatemala, Guyana, Honduras, Panamá, Paraguay y Perú.
Todos están entre las decenas de países que reconocen como
presidente «legítimo e interino» de Venezuela al jefe de la Asamblea
Nacional, Juan Guaidó, y exigen la celebración de elecciones «libres y
democráticas» para buscar una alternativa a Maduro.
GUAIDÓ REPRESENTADO EN BRASILIA
En representación de Guaidó, estarán en la reunión el comisionado presidencial para Relaciones Exteriores de Venezuela, Julio Borges, y el exalcalde del municipio caraqueño de El Hatillo David Smolansky, en su condición de coordinador de la Organización de Estados Americanos (OEA) para la crisis de migrantes y refugiados venezolanos.
Asimismo, participará la embajadora nombrada por Juan Guaidó en Brasil, María Teresa Belandria, quien en los próximos días, junto con Smolansky, tiene previsto visitar los centros de acogida que el Gobierno brasileño mantiene en el estado de Roraima, fronterizo con Venezuela, por donde han ingresado miles de ciudadanos de ese país.
UNA CRISIS ESTANCADA
Pese a las intensas presiones del Grupo de Lima y de gran parte de la comunidad internacional, la situación en Venezuela parece haberse estancado durante los últimos meses, en los que ni Maduro ni Guaidó han logrado la fuerza política necesaria para imponerse.
Maduro, por su parte, baraja un adelanto de las elecciones legislativas, previstas inicialmente para diciembre del año próximo, lo que pudiera poner a las fuerzas encabezadas por Guaidó en una encrucijada.
El Grupo de Lima ya ha condenado y rechazado de antemano esa posibilidad, en un duro comunicado en el que ha afirmado que un adelanto de las legislativas sería «un abierto desafío a la democracia y a la Carta Democrática Interamericana».
Según el Grupo de Lima, la Asamblea Nacional es la «única autoridad legítima y democráticamente electa» de Venezuela y una elección anticipada sería «una nueva muestra de la clara violación de todas las normas democráticas, así como del Estado de derecho y de la Constitución venezolana».
Con información de EFE
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