Hay un dicho muy venezolano que dice que no hay que contar los pollos antes de nacer y es, lamentablemente, lo que estamos viendo en el escenario de los figurantes de la oposición.
La unidad es mucho más que palabras ocasionales de respaldos condicionados. Es expresión de una intención compartida y sentida de que el cambio es obligatorio para que nuestro país salga del atolladero. Sin embargo, pareciera que nuestros líderes sólo piensan en el futuro pero solo el que mejor acomode su propio cotarro. Lejos estamos, aparentemente, de pensar en la necesidad de un plan país que sirva para todos y no solo para posicionarse mejor en la carrera definitiva que algún día, esperamos, nos llevará a la competencia presidencial.
Es verdaderamente una tragedia que a estas alturas de la lucha por recuperar la democracia y la libertad, no se haya podido crear un frente nacional que guíe al país al cambio que todos deseamos. No importa en realidad a quién le corresponda encabezar el pelotón que nos conduzca a unas elecciones libres, lo que sí es fundamental es que si no hay quien llene esa función y los demás lo aceptan de buena gana, nunca lograremos vencer y terminaremos por hacer cierto el dicho que dice que nos merecemos lo que tenemos.
No contemos los pollos, construyamos granjas donde todos puedan primero nacer.