Sólo la mitad de los 739 millones de dólares que la ONU pidió a la comunidad internacional para atender la crisis migratoria venezolana en 2019 han sido recaudados, alertaron ayer martes 22 de octubre los representantes de Naciones Unidas y la Unión Europea (UE) días antes de la conferencia de donantes que acogerá Bruselas.
El número de migrantes y refugiados venezolanos en otros países, principalmente latinoamericanos, ya alcanza los 4,5 millones, por lo que la conferencia busca «dar más visibilidad al problema en un momento en que algunos países latinoamericanos se sienten algo abandonados», dijo el embajador de la UE en Ginebra, Walter Stevens.
La reunión cuenta con el apoyo de la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), cuyos representantes adelantaron hoy que el próximo año la cantidad requerida para atender esta crisis migratoria en América Latina podría duplicar la de este año.
«La situación está agravándose porque el flujo no se ha suspendido, mientras no se encuentre una solución política interna duradera ese flujo va a continuar y los países receptores están con presupuestos agotados», señaló el representante especial de ACNUR-OIM para los refugiados venezolanos, Eduardo Stein.
«Si no hay una colaboración internacional como la ha
habido para otras crisis parecidas en otras regiones del mundo es muy difícil
que América Latina sola pueda enfrentar la magnitud de esta crisis
humanitaria», añadió.
Stein afirmó que es necesario ayudar a los países
latinoamericanos a mantener sistemas educativos y sanitarios colapsados por el
flujo migratorio, pero también invertir en comunidades pobres para evitar la
xenofobia.
«Hay cierto aumento del resentimiento en comunidades
locales que reciben estos migrantes y refugiados, poblaciones pobres que
lamentan que gente venida de fuera reciba mayor atención que ellos, por lo que
todos los esfuerzos que se hagan deben incluir inversiones en ellas»,
subrayó el representante de ACNUR-OIM.
Stein elogió los esfuerzos de la región por acoger a los
migrantes y refugiados, especialmente de países como Colombia (a donde han
llegado 1,4 millones de venezolanos), Perú (860.000) o Ecuador (330.000) desde
el comienzo de este éxodo en 2014.
«El Gobierno colombiano ha sido muy enfático al decir
que no van a cerrar sus fronteras, que mantendrán el territorio abierto para
recibir a esta migración, pero sí han insistido en que necesitan apoyo externo,
en que solos no pueden con esta presión tan grande», indicó Stein a Efe.
El embajador europeo Stevens recordó que Latinoamérica vive a
raíz de la situación económica y política en Venezuela «la más grave
crisis migratoria» en la historia de la región, donde pronto podrían
alcanzarse los 5 millones de migrantes y refugiados al actual ritmo de entre
3.000 y 5.000 salidas diarias desde el país caribeño.
Stein matizó que el alcance real del éxodo venezolano podría
ser incluso mayor, ya que las cifras son las que se obtienen de puestos
fronterizos y sólo contabilizan las salidas legales, no las muchas que por
ejemplo se realizan desde Venezuela a través de caminos y pasos
transfronterizos ilegales, las llamadas «trochas».
La Unión Europea ha donado 95 millones de euros a los países
latinoamericanos para atender a esta crisis, a los que deben sumarse unos 120
millones ofrecidos individualmente por países de los Veintiocho (incluidos 50
millones recientemente anunciados por el Gobierno de España, uno de los
principales donantes).
A la Conferencia de Solidaridad de Bruselas de los días 28 y
29 de octubre, sin delegación venezolana, asistirán representantes de
Latinoamérica y el Caribe, miembros de la UE, agencias de la ONU,
organizaciones no gubernamentales y entidades financieras como el Banco
Interamericano de Desarrollo o el Banco Mundial.
Con información EFE